La Provincia de Córdoba posee tres Parques Nacionales en su territorio: el primero, fundado en 1996, fue el Parque Nacional Quebrada del Condorito, cuyo ingreso se encuentra en el camino de las Altas Cumbres; el Parque Nacional Traslasierra, fundado en 2018, que se encuentra en el Departamento Minas -casi al límite con La Rioja-; y, por último, el recientemente creado -en 2022- Parque Nacional Ansenuza (Laguna Mar Chiquita y Bañados del Río Dulce). Si bien las actividades de conservación, protección, mantenimiento y estudio no cejan ni un momento durante el año, es en el período estival -y también en vacaciones de invierno o fines de semana largos-, en que la población acude en mayor cantidad a realizar visitas y dejarse atrapar por estas áreas celosamente resguardadas por las trabajadoras y trabajadores de la Administración Nacional de Parques Nacionales (APN), dependientes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Ellas y ellos son guardaparques, personal administrativo, técnico, de apoyo, científico, brigadistas de incendios, etc.: cada persona integrante de los equipos de Parques tiene un compromiso superlativo con su tarea, con el ambiente, con la educación de la sociedad, con la concientización de las y los productores de la zona, etc. De no ser así no se explica cómo, tras años de paulatinos recortes -que incluyen la escasa o nula provisión de herramientas de trabajo, vehículos, viáticos, salarios casi rozando la línea de la indigencia- las áreas protegidas nacionales en nuestra provincia en particular -y en el país en general- continúen funcionando y cumpliendo las funciones tan importantes que desempeñan para la conservación de la biodiversidad y la vida de nuestros pueblos.
En ese estado de cosas es que en el programa radial “Entre Todos y Todas” de ATE Córdoba -que se emite los martes de 18 a 20 hs. por la 107.5 FM GEN de Córdoba Capital o para todo el mundo por www.genfm.com.ar- dialogamos con Gabriel Brizuela, guardaparque y delegado de ATE en el Parque Nacional Quebrada del Condorito: “la existencia de los Parques Nacionales tiene una importancia superlativa. El modelo productivo del agronegocio ha avanzado y destruido con un ritmo demoledor, en estos últimos 30 años, los territorios naturales de nuestro país”. El delegado de ATE puntualiza en que los factores como “el avance de la frontera agropecuaria -para la producción fundamentalmente de soja-, de la frontera ganadera -que busca nuevos territorios ante el avance de los cultivos en áreas que eran destinadas a esta actividad- y de la especulación inmobiliaria -con todo su exigencia de nuevas rutas, autovías, con el desplazamiento de poblaciones ancestrales de los territorios para ser loteados, desmontados y vendidos para hacer barrios privados-, son los factores de mayor relevancia de un modelo que destruye el hábitat de enorme cantidad de especies tanto vegetales como animales -que se ven amenazadas a un punto crítico-, desmembrando, también, nuestras comunidades”. Es así como “los Parques Nacionales quedan como “reservorios del patrimonio genético y de la biodiversidad”, como bolsones rodeados de soja, ante un Estado que, paradójicamente, los crea y mantiene -a duras penas- mientras da rienda suelta a las causas que hacen a la destrucción de la biodiversidad y el ambiente en todo el resto del territorio”, advirtió Brizuela. El guardaparque remarca, sin embargo, que “en nuestro país los Parques Nacionales están bajo control y dominio estatal, público. Eso no es así en todo el mundo: gran parte de estas áreas protegidas están bajo controles privados en otras partes. La experiencia nacional, entonces, es importante ya que a pesar de las falencias se destinan recursos y políticas desde el ámbito público para estas áreas que albergan una biodiversidad enorme y que deben permanecer bajo control público”.
Trabajo permanente
El guardaparque y delegado de ATE remarca el trabajo de todos los equipos que día a día sostienen los Parques Nacionales: “son tareas de educación, de investigación, de creación de nuevos conocimientos que nos permitan proteger de mejor manera estos territorios y lo que en ellos habita, de articulación con comunidades, de vigilancia, de extinción de incendios, de mantenimiento de instalaciones, de organización de visitas, del turismo, etc”. “La conservación de los bienes naturales comunes no sería posible sin el esfuerzo conjunto de quienes trabajamos en Parques Nacionales”, enfatizó Brizuela. A pesar de ello, el referente del sector advirtió que “cuando tomamos en cuenta nuestras condiciones de trabajo, la escala salarial, la cantidad de personal, etc, caemos en la cuenta de la verdadera importancia que le da el Estado -con sus diferentes gobiernos- a estas áreas, a su función de conservación, y podemos decir que, a pesar de los anuncios, de la difusión de lo que se hace, la importancia que le dan para cumplir verdaderamente con las funciones por las que fueron creadas, es realmente escasa o nula”. “Los Parques Nacionales le han servido mucho a los Gobiernos -incluso a los que más claramente han sentado las bases para la destrucción de la naturaleza y a los que han permitido que esto siga y se expanda- para mostrar que se hace algo en materia de conservación de la biodiversidad”, fustigó el guardaparque de la Quebrada del Condorito quien advirtió que “los presupuestos son cada vez más bajos, se crean áreas nuevas con pomposos anuncios pero con escaso o nulo presupuesto, con personal insuficiente para el cumplimiento de los objetivos de conservación”. “Las condiciones de contratación y salariales son muy precarias: les brigadistas, por ejemplo, ingresan con un salario que es la mitad de la línea de pobreza, poquito más de la línea de la indigencia, alrededor de 70 mil pesos y que, en el caso de la Quebrada del Condorito, por ejemplo, suben y permanecen 5 días de la semana hasta el siguiente franco de dos días, alejados/as de sus familias, en una casita realizando su función allí por un salario realmente de hambre, proveyéndose de su comida, sin un transporte que los lleve y traiga hasta el Parque, haciendo que muchas veces la movilización a trabajar insuma buena parte de los magros sueldos”, reclama Brizuela quien también advierte sobre la precarización de los contratados y contratadas bajo el Articulo 9 de la Ley Marco de Empleo Público la 25164, “que en Parques se llaman “Contratos 48″, que son compañeros/as que están contratados hace 10, 15 años, muchos que se retiran en esa modalidad sin conseguir la planta permanente”. Brizuela remarca que, tomando todas las formas de contratación, “el personal es tremendamente insuficiente en todos las áreas protegidas por el Estado Nacional: por ejemplo, en el Parque Quebrada del Condorito las y los brigadistas -en las condiciones de las que hablamos- son solo cinco cuando debieran ser, mínimo, diez, para poder cumplir de manera efectiva con sus funciones de prevención y extinción de incendios que terminan constando la pérdida de muchísima biodiversidad”.
Áreas de conservación
Son 44 las áreas protegidas por el Estado Nacional a lo largo y ancho de nuestro país, enmarcados en 3 categorías de conservación: “los Parques Nacionales propiamente dichos, que son lugares donde no se puede realizar ningún tipo de actividad productiva ni extractiva, a lo sumo alguna recorrida turística en algún pequeño sector, pero que tienen incluso áreas de reservas naturales estrictas donde no se puede hacer siquiera turismo”, explica Brizuela. Por otro lado, también hay otras áreas llamadas “reservas nacionales” que tienen otra categoría de conservación: “estos espacios tienen un área núcleo -donde no se pueden realizar actividades productivas- rodeada de pobladores donde pueden hacerse actividades de bajo impacto. Allí habrá pequeños crianceros de ganado bovino, ovino, caprino, artesanos, comunidades rurales que viven dentro de las áreas protegidas con una serie de prescripciones normativas que les exigen un determinado manejo de sus actividades allí”. Por último, están los “monumentos naturales”, que muchas veces son las mismas especies en extinción que se declaran de esta forma siguiendo a la UNESCO. Bajo esta categoría, también se declaran ciertas áreas naturales: “en nuestro país hay dos: la Laguna de los Pozuelos en la Provincia de Jujuy y el Monumento Natural Bosque Petrificado, en la Provincia de Santa Cruz”, enumeró Brizuela.