El próximo 3 de septiembre se cumple un año del Decreto Presidencial 721/2020 sobre el Cupo Laboral Travesti Trans, norma posteriormente ratificada por ley del Congreso Nacional que establece cupos asignados para la población travesti-trans.
En una entrevista realizada ayer en el programa ‘Entre Todos y Todas’, que la secretaria de Prensa del Consejo Directivo Provincial (CDP) de ATE Córdoba emite en Gen FM 107.5, Eugenio Talbot, integrante del Departamento de Géneros y Diversidades evaluó el cumplimiento del cupo y adelantó que están realizándose verificaciones en diversas delegaciones de los organismos nacionales en la provincia, para precisar en números concretos cuál es del déficit en la implementación de la ley, que salta a la vista.
“El Departamento de Géneros –explicó Talbot– está un trabajo enraizado en el territorio y eso es una de las cuestiones clave. Cuando hablamos sobre cómo se está implementando el cupo laboral, la realidad está monopolizada por Buenos Aires. Al anotarse en el registro único, se ve claramente como inciden las diferencias educativas para dentro de la población trans y travesti, aunque en la ley no está marcada de ninguna manera esa diferencia para cumplir con el cupo”.
“Pero tiene un peso fundamental a la hora de ser seleccionado. Además, el acceso a estos trabajos se está dando sobre todo en Buenos Aires y por lo tanto acceden quienes viven ahí. O sino se produce un desarraigo de las personas que están obligadas a irse a vivir a Capital, con sueldos muy bajitos, lo que implica que podés gozar de derechos si ya estabas viviendo allá porque de lo contrario es prohibitivo”, afirmó.
Por eso, el activista dijo que “desde ATE estamos haciendo un relevamiento de los organismos nacionales en Córdoba, para evaluar la situación, descentralizar esa mirada y para presionar a estas estructuras para que se abran a cumplir la normativa vigente”.
Y agregó: “ahí viene el otro trabajo, el de la militancia, de las y los compañeros organizados para emprender una conquista de derechos que contemple esta situación de las y los trabajadores. Si no somos nosotros quienes defienden los cupos laborales que corresponden a un sector de la población, nadie lo va a hacer”.
En tal sentido, Talbot relató una situación ejemplificativa que sucedió una universidad nacional. “Hubo una convocatoria a cubrir un puesto laboral para población travesti-trans y se anotaron dos compañeras con el secundario completo y otra compañera que no tenía completo la primaria y que ejercía la prostitución. Ante la desigualdad, las dos compañeras con secundario se bajaron para que esta tercera pudiera acceder. Pero la situación muestra que si no hay actitudes individuales –como las que tuvieron esas dos compañeras que se bajaron de la convocatoria– la tercera nunca iba a acceder a un trabajo digno y seguiría ejerciendo la prostitución para poder comer. El Estado debería contemplar estas situaciones para evaluar la posibilidad de trabajar”.
“En ATE lo entendimos muy bien, lo estamos explicando en las capacitaciones y es un rol importante para ejercer como sindicato para generar políticas públicas”, dijo.
- ¿Cómo funciona el discurso público en Córdoba al respecto?
Si bien se ha podido conocer nuestra realidad, causa sorpresa en Córdoba la posición de las candidatas del oficialismo provincial, que desconocen derechos fundamentales, tanto Alejandra Vigo como Natalia De la Sota.
La hija del ex gobernador, como concejal de Córdoba Capital, votó en contra de un proyecto equivalente para la Municipalidad presentado en su momento por el bloque radical. No solo eso, sino que Natalia De la Sota lleva adelante un análisis muy precario donde la sola existencia del DNI solucionaría la discriminación laboral. Algo que se choca con una realidad que prefieren ignorar.
Sacada la derecha rancia, en general no se escuchan discursos críticos y discriminatorios. ¿No es una batalla cultural ganada?
Solo en algunos sectores, la superestructura tiene mucho machismo. Hay un capitalismo patriarcal muy extendido que es difícil de cambiar, uno ve como se mueven los espacios de poder. Por ejemplo, en la Universidad Nacional de Córdoba, el área de Violencia Institucional nunca pudo comprometerse a incorporar una persona trans en su estructura, siendo que las personas trans somos las que sufrimos más violencia en la UNC. Somos el 0,05% de la población universitaria, pero salvo en la Facultad de Filosofía no hay una articulación real con la inserción de nuestra población de manera plena. Hace poco nos reunimos con gente que milita en ADIUC (sindicato docente sectorial) para ver de qué forma podemos pensar el cupo travesti trans en la UNC.
Las áreas de Género, que están en todas las unidades académicas, supieron hacer de la militancia de género en algo exclusivo de mujeres y poco se ocupa de lo que hablamos, salvo para ponerle barniz al discurso y acaramelarlo hacia afuera. Pero poco o nada se ocupan para adentro de la población travesti-trans.