El encuentro fue convocado por el Consejo Directivo Provincial (CDP) de ATE Córdoba bajo el título de “Sistemas productivos y cadenas cortas de comercialización para la Soberanía Alimentaria”. El objetivo, según expresaron desde la organización, fue “debatir acerca del rol de nuestras organizaciones en la construcción de un sistema soberano de relaciones en lo que se refiere a la alimentación en particular, que no es más que una de las aristas del sistema de relaciones en el que estamos inmersos, en general”.
La instancia contó con la exposición de cuatro compañeros y compañeras que presentaron los principales puntos concernientes a la Soberanía Alimentaria, tanto desde lo teórico como de lo experiencial. Tras eso, se dio lugar al intercambio y debate entre quienes asistieron.
“Somos en este momento 44 compañeras y compañeros: desde Maimará, Jujuy, a Calafate, Santa Cruz; de Misiones a Aluminé, Neuquén; de Tucumán a Provincia de Buenos Aires; de Cruz del Eje a Adelia María, de San Francisco a Río Cuarto; de Córdoba Capital, Villa Dolores a Laboulaye”, expresaron, al iniciar, desde la organización, previo a dar paso al panel compuesto por: Luis Narmona, despedido de Agricultura Familiar en la Era Macri; Daniel Allende, Secretario General de ATE Cruz del Eje y trabajador del INTA; Alejandra Agnone, miembro de la conducción de ATE Córdoba y trabajadora del SENASA; y Mercedes González, de la MutualCarlos Mugica de Córdoba Capital, miembro de la Mesa por la Soberanía Alimentaria de la Provincia. La instancia fue moderada por Carlos Rang, trabajador de la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación y miembro de ATE.
En primer lugar, el Secretario General de ATE Córdoba, Federico Giuliani, realizó la bienvenida a la instancia: “Está en debate todo en el marco de la crisis, que no es solo por la pandemia, sino que es general. Necesitamos tener demandas, pero también un programa. Y en ese marco es que ingresa la Soberanía Alimentaria, para la cual tenemos que tener propuestas y acciones construidas por las compañeras y compañeros que hoy están acá y que debemos asumir como sindicato, como Pueblo”, expresó Giuliani quien enfatizó en la necesidad “de conformar una fuerza capaz de poder decidir, entre otras cosas, sobre nuestros alimentos. En el marco de la discusión por la expropiación de Vicentín, no podemos seguir pensando en medidas de arriba para abajo, sin fuerza popular que las sustenten. Tenemos el desafío de imaginar y construir el mundo que queremos”, ratificó.
Por su parte, Luis Narmona, trabajador con larga trayectoria en sistemas productivos de Agricultura Familiar, sobre todo ligado a los productores y productoras del cinturón hortícola de Córdoba, conceptualizó acerca de la distinción que debe hacerse entre Ayuda Alimentaria, Seguridad Alimentaria y Soberanía Alimentaria. “El primero, el de la Ayuda, es el paradigma de organismos internacionales y es una forma de no permitirle a los pueblos decidir sobre su alimento, sino que los mismos son meros depositarios de “ayudas” alimentarias que, generalmente, se cambian por adecuaciones de políticas locales, deuda u otras medidas que atentan contra la soberanía. Por otro lado, podemos hacer referencia también a un término más usado por los Estados, últimamente: hablamos de la Seguridad Alimentaria. La misma hace referencia a que todas las personas deben tener cubiertas sus necesidades de alimentación, pero sin tener en cuenta quién produce y cómo produce. A nuestro entender es una visión insuficiente para abarcar en su totalidad el derecho a la alimentación de los pueblos”, afirmó Narmona y agregó que “Soberanía Alimentaria es el paradigma que engloba lo cultural, lo económico, lo social que gira en torno al sistema alimentario, con potestad de decidir en base a estas múltiples variables”. El despedido por el macrismo de la Secretaría de Agricultura Familiar afirmó que para ello es necesario “redistribuir el acceso a la tierra, al agua y a otros bienes productivos (entre ellos las semillas) para poder ir hacia sistemas más sanos, que valoricen la vida”. Narmona advirtió que “discutir estas cuestiones es discutir el poder. Y nuestra posición es que el poder tiene que estar en las comunidades para poder ir hacia estos otros sistemas. Fortalecer las condiciones productivas, los mercados locales y las cadenas cortas de comercialización es una tarea que necesita, también, financiamiento: es algo que debemos discutir con el Estado, para disputar contra las grandes corporaciones privadas que no distribuyen financiamiento para este tipo de proyectos”. Por último, el profesional reclamó por el permiso para la “reapertura de la Feria Agroecológica de Córdoba, más aún cuando los hipermercados están abiertos sin más”.
Sobre este último punto, Carlos Rang, trabajador de la Secretaría de Agricultura Familiar y moderador de la actividad conceptualizó que este tipo de decisiones demuestran “las correlaciones de fuerza actuales, donde las multinacionales concentradas en todos los ámbitos de la vida marcan las reglas del juego”.
Tras estas intervenciones, Daniel Allende, Secretario General de ATE Cruz del Eje y trabajador del INTA, comentó dos experiencias: la de la Feria Franca de Jachal y la de la venta de bolsones de verduras en Cruz del Eje a través de distintos sindicatos. Allende expresó que “pensamos en cadenas cortas porque creemos en acortar los sistemas de producción y consumo para que seamos las trabajadoras y trabajadores con nuestras organizaciones quienes nos hagamos cargo de organizar y decidir lo que comemos”. El trabajador del INTA advirtió que esto hoy no sucede así: “en la actualidad no comemos lo que decidimos, sino lo que el mercado decide poniendo en el súper”. Es por eso que desde ATE Cruz del Eje se trabaja sobre la “Soberanía Alimentaria, participando y propiciando espacios de encuentro directo entre productores y consumidores. Y nuestra visión es que ese trabajo debe contar cada vez con más acompañamiento y asesoramiento de las trabajadoras y trabajadores del Estado, con políticas públicas activas”.
Alejandra Agnone, trabajadora del Senasa y miembro de la conducción provincial de ATE remarcó que el organismo en el que trabaja otorga “el status alimentario que es el marco jurídico de requisitos que garantizan que los alimentos sean inocuos y de calidad”. Sin embargo, remarcó que las trabajadoras y trabajadores “debemos abogar a la soberanía ya que comer es un acto político: decidir qué comemos, cuándo, dónde, cómo producimos. Cuando hablamos de alimentos estamos hablando de relaciones de poder. Y las reglas que muchas veces certificamos tienen que ver con ese poder”. Agnone advirtió que “el modelo hegemónico de producción en nuestro territorio es el agronegocio que tiene herramientas poderosísimas de publicidad, marketing: ellos son los dueños de la semilla, los que concentran la tierra, los mismos que elaboran los agroquímicos a nivel global y nos venden sus bondades por televisión y, muchas veces, con cierta ciencia a su servicio. Necesitamos que ese poder vuelva al Pueblo. Necesitamos salir del agronegocio e ir a la agroecología, con participación de todas las organizaciones sociales en el diseño de las políticas de alimentación, en un mundo más justo”, enfatizó Agnone.
Quien cerró la lista de expositores fue Mercedes González, de la Mutual Carlos Mugica de Córdoba Capital. “Trabajamos en Córdoba hace 30 años en las barriadas populares, organizándonos en torno a las necesidades de hábitat, vivienda, consumo de alimentos”, relató González. En este último punto, la referenta del espacio de la economía social y solidaria informó que “somos 150 familias que accedemos a un grupo de 50 productores. Cada una de esas familias arma su pedido y desde la mutual organizamos la logistica, los pagos, etc, con la intención de ser un nexo y un espacio de organización de quienes trabajan produciendo alimentos y de quienes trabajan en otras cosas y requieren esos alimentos”. González llamó la atención sobre las normativas del Estado en cuanto a “las habilitaciones para circular y otras cuestiones burocráticas que hacen dificultoso el desarrollo muchas veces de estas experiencias, convirtiéndose en trabas”. Y, también, remarcó que “las grandes corporaciones alimenticias han colonizado nuestras prácticas alimenticias y ahí hay un desafío en torno al consumo responsable, al comercio justo, a las alianzas necesarias para consolidar este otro modelo de país con otra forma de trabajar, consumir, producir”.
Para cerrar la instancia, Carlos Rang sintetizó que “la Soberanía debemos pensarla y organizarla en todos los ámbitos. Eso es trabajo en la construcción de poder y tenemos una gran responsabilidad. Si no cambiamos las relaciones sociales, este modelo productivo en su conjunto, con luchas parciales no nos alcanza. Debemos reunirlas todas porque el problema de raiz es el modelo social que nos rige”, remarcó Rang y enfatizó: “El poder de decisión no se mendiga, no se delega, se construye y se ejerce”.