(fuente Cbahoy.com y LV28 Radio Villa María)
El secretario general de CTA Autónoma Córdoba manifestó que el escenario laboral está atravesado por el empleo en negro, los bajos salarios que no superan la línea de pobreza y malas condiciones de trabajo.
En ese contexto dijo que las negociaciones paritarias para este 2023 no pueden ser una mera reunión. “Ya sea en el ámbito privado con las cámaras empresariales y en el público con el presidente, los gobernadores e intendentes, no pueden ser instancias para discutir amigablemente por porcentajes de salarios que no le van a cambiar la vida a nadie porque en definitiva los porcentuales de los que vamos hablando siempre corren por detrás de la inflación”, opinó.
“Si nosotros vemos en los presupuestos que ejecutó el Estado nacional en los últimos tres años, proyectan inflaciones mucho menores a las que después suceden. Quieren poner techos salariales como ahora lo quiere hacer Massa (Ministro de Economía) de un 60%, con lo cual le vuelven a errar porque vamos a quedar cortos y vamos a seguir arrastrando pérdidas de poder adquisitivo en nuestro salario real como nos viene sucediendo no solamente en los últimos tres años de la gestión de Alberto Fernández, sino también en los cuatro años del intento de la tercer reforma del Estado que llevó adelante el gobierno de la oligarquía más recalcitrante que expresaba Mauricio Macri”, agregó el dirigente.
Giuliani destacó que “con la inflación estos tres años, con el 2022 como el peor de todos con el 95%, plantear en un presupuesto con estas variables económicas, no solo fruto de la incapacidad de este gobierno de controlar la suba de precios sino la operación permanente de los grupos de poder en Argentina, es impensable que se pueda llegara cumplir. Máxime con las sucesivas elecciones que cruzan el año. Ponerle un techo a la discución salarial es una maniobra para que las paritarias no sean libres ni democráticas”.
“Si el Estado nacional como referencia para los acuerdos salariales que se dan en el país impone un techo está cercenando la posibilidad de discutir cuál debe ser el aumento según entendemos las y los trabajadores. Sobre todo teniendo en cuenta que debemos recuperar la pérdida salarial de los últimos tres años, más loque perdimos durante el gobierno de la oligarquía recalcitrante que comandó Mauricio Macri”, apuntó.
A su vez, Giuliani señaló que “la paritaria tiene que ser un ámbito libre en donde se pueda ejercer la puja de intereses entre quienes son dueños del capital y quienes hacemos funcionar a ese capital y con nuestro trabajo lo transformamos en producción. En el caso de los estatales nacionales hablar de un 60% es una falta de respeto cuando aun no se cumplieron las promesas de diciembre de 2020 de pasar 30 mil compañeros y compañeras a planta permanente que actualmente está precarizados en el Estado naiconal y son carne de cañon para el gobierno que vendrá. Por lo cual el rechazo denuestra organización sindical es claro, concreto y contundente”.
Respecto a las cláusulas gatillo, dijo que el problema es que en muchos casos no se cumplen. “Todavía esperamos la reapertura de la paritaria nacional del año pasado porque estamos entre 5 y 7 puntos debajo de la inflación por lo que se firmó en septiembre. Estamos entrando a febrero y la cluasula gatillo que se debería haber aplicado en diciembre de manera automática hoy tiene que ser recordada de manera permanente, por nota y con distintos posicionamiento de nuestros dirigentes nacionales porque el gobierno se olvida. Es una dificultad importante el no cumplimiento de los compromisos que fija la administración nacional”.
El referente de ATE Córdoba y la CTA Autónoma Córdoba manifestó que si no se vuelve a discutir cuál es el Salario Mínimo, Vital y Móvil en Argentina se seguirá por el camino equivocado. “El porcentual que hoy se pueda fijar en Argentina si no tiene de piso los 238.000 que ATE Indec dice que hay que cobrar para no ser pobre, todo lo que discutamos para abajo termina siendo migajas”, afirmó.
Federico Giuliani dijo también que en las paritarias también se deben discutir las condiciones de estabilidad de los obreros. Esto lo argumentó al señalar que, “actualmente en el ámbito privado 4 de cada 10 trabajadores están precarizados y en el ámbito público son 5 de cada 10, es decir, si no se toca la estabilidad laboral en las discusiones paritarias habrá cada vez más trabajadores que queden fuera de esos acuerdos paritarios o de los convenios colectivos de trabajo”.
En tanto aseguró que “la precarización laboral en todos sus niveles, tanto en el Estado municipal, provincial y nacional, como en el sector privado, “es una herramienta disciplinadora que atenta contra la idea de garantizar derechos y estabilización laboral porque genera incertidumbre, la no participación en las organizaciones sindicales y fomenta el individualismo”.
En este contexto de precarización laboral “el Estado en todos sus niveles como las patronales privadas construyen un fraude laboral, una estafa al propio fisco y usan el empleo en negro como herramienta de disciplinamiento, miedo y desorganización para romper con el colectivo de la clase obrera que es el que puede dar vuelta la historia para tener estabilidad laboral”.
Trabajadores pobres
Por otra parte, señaló que otros dos grandes desafíos son los salarios, ya que “hoy en Argentina el 50% de la población es pobre. Estamos hablando de trabajadoras y trabajadores de los ámbitos públicos y privados que trabajan y siguen siendo pobres”.
Según los trabajadores de ATE en Indec, en diciembre de 2022 un trabajador debería haber ganado 238.000 pesos para no ser pobre. Ante estos datos, Federico Giuliani manifestó: “Si uno ve el universo de los salarios en Argentina, la gran mayoría de los trabajadores del país está empobrecido, es decir, trabaja y sigue siendo pobre. Tiene un empleo, pero tiene que recurrir al pluriempleo para rascar esos números que no son más que un piso de dignidad porque para no ser pobre en Argentina necesitas 238.000 pesos con los que solamente comprás la canasta básica, pagás tu alquiler, mandás tus hijos a la escuela, pero te olvidás que una familia se tiene que vestir, recrear y vacacionar”.
Aseguró que este tipo de situaciones “nos hacen ver que, en este contexto de altísimo empleo en negro, salarios de pobreza y en las malas condiciones de trabajo en las cuales la mayoría de los trabajadores en Argentina presta sus tareas, están centrados los cimientos para transformar la realidad y convertir nuestra vida laboral en algo más digno”.
Malas condiciones laborales
El secretario general de CTA Autónoma Córdoba dijo que cuando habla de condiciones de trabajo, se refiere no solamente a la ropa e insumos adecuados para trabajar y contar con instalaciones en condiciones dignas para llevar adelante las tareas, sino también que se respeten aquellas reglamentaciones que tiene que ver con la seguridad e higiene laboral.
“Actualmente en Argentina siguen muriendo obreros y obreras en sus puestos de trabajo producto de la negligencia patronal que no cumple con las reglamentaciones laborales que exigen la seguridad en el trabajo”, criticó.
El modelo Córdoba
Días atrás el gobernador Juan Schiaretti anunció con Juan Manuel Urtubey el lanzamiento de un espacio político a nivel nacional para “exportar el modelo de Córdoba” y con la idea de “superar la famosa grieta”.
Federico Giuliani se mostró crítico respecto al modelo que el mandatario provincial pretende trasladar al ámbito nacional en caso de que el espacio que está impulsado gane las elecciones.
“Lamentablemente quiero decir que este cordobesismo que gobierna nuestra provincia desde el año 1999 y que tiene que ver con una especie de Frankenstein político que se construyó en aquel momento con el PJ cordobés, sectores de la UCEDE, vecinalistas y liberales, construyó un relato que es la Córdoba como isla y aislada de la realidad nacional”, expresó.
Aseguró que “Córdoba es el fiel reflejo de un modelo económico y productivo de extractivismo que favorece a los agronegocios en deterioro de las comunidades que son víctimas del corrimiento de la frontera agrícola por el avance de la soja y el desmonte terminal”. “Ese es el verdadero modelo de Córdoba y que lleva adelante la figura de Juan Schiaretti y gran parte del gabinete que representa al cordobesismo con figuras políticas que están ligadas a estos sectores más relacionados a la oligarquía terrateniente”, agregó.
El secretario general de CTA Autónoma Córdoba dijo que “la política industrial a Schiaretti se la fija el G6 que son la Bolsa de Comercio, la Bolsa de Cereales, el grupo Urquía con la aceitera General Deheza, Pagani con Arcor y Roggio con la obra pública y la timba de los casinos”.
“Ese modelo al cual hace alusión Schiaretti sigue iluminado por un faro que tiene como norte a la Fundación Mediterránea de la cual salió, por ejemplo, el ministro Cavallo y que tiene como eje la teoría del derrame, es decir, de acumulación de riqueza en pocos sectores para que alguna vez rebalse y llegue a las clases populares o la clase obrera que es la generadora de riqueza. Sin embargo, esos números no se están dando y los indicadores del Indec en Córdoba son peores que a nivel nacional en pobreza, en empleo y en desigualdad social”, criticó Giuliani.
El referente gremial dijo que “lejos de pregonar la justicia social, este gobierno provincial que dice ser peronista y que se las pasa inaugurando obras que no le cambian la vida a la gente, a la hora de discutir las paritarias no convoca a gremios que no piensan como ellos y sí a sindicalistas afines con quienes siempre terminan arreglando a la baja e impactando negativamente en el bolsillo de la clase trabajadora”.
Volviendo sobre este espacio político que el gobernador de Córdoba está forjando a nivel nacional, Giuliani sostuvo: “En teoría pretende zanjar una grieta entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, pero que en definitiva si uno ve las caras que hay y el modelo que lleva adelante no nos cabe dudas de que es una alternativa que profundiza las desigualdades”.
De cara al escenario electoral a nivel nacional y este tipo de propuestas afirmó: “Creo que el rol de organizaciones del campo popular es fundamental, no para ser la pata sindical o social de un partido político, sino para ser la cabeza de un nuevo proyecto político que no solamente nos ponga a los trabajadores a discutir por salarios y condiciones laborales dignas, sino que podamos debatir qué país queremos y qué provincia nos merecemos”.
(todas las imágenes son de archivo)