Por Federico Giuliani*
El Gobernador de Córdoba estuvo esta semana en Río Cuarto y ratificó una vez más su ubicación en el tablero social, político y económico de nuestra provincia. Dijo que las retenciones a las exportaciones del agro deben bajar porque esa es “plata de Córdoba que debe quedar en Córdoba” y pidió cambios y beneficios para la producción de biocombustibles -producción ligada al agronegocio y extractivismo, directamente-. De la pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores -verdadera plata de Córdoba y para Córdoba, que jamás se fuga-, de la pobreza que ronda el 50 por ciento y va en ascenso, de la desocupación y la informalidad que alcanzan -juntas- casi a la mitad de quienes trabajan, de eso, ni habló.
Como el caballo en el juego del ajedrez, Schiaretti busca siempre ocupar el centro de la escena con una doble intención: evitar el desarrollo de la estrategia del campo contrario, a la vez que ratificar y defender la posición del bando propio. Los jugadores que mandan a esta pieza saben de los saltos que puede pegar en el tablero y que pueden hacerla virar -a último momento- hacia la izquierda o la derecha -gran maestro del disfraz- para tomar una pieza rival, amenazar otra, distraer al adversario o bloquear sus posiciones, en pos de la estrategia más conveniente a su juego.
Saben, también, de su desarrollo corto, de que 2023 es el umbral máximo de su tablero y de que las posiciones que defienda hasta ese entonces servirán para hacer llegar hasta allí a su relevo, tal vez algún alfil de largos y zigzagueantes movimientos. Conducido por jugadores hábiles, esta pieza puede ser entregada a cambio de un par de peones y, muchas veces, son los peones del bando propio -burocracias varias, incluida la sindical- quienes cuidan la espalda del caballo al ataque.
Mientras Schiaretti enuncia y despotrica contra las retenciones y demás políticas redistributivas, las piezas menores que garantizan su gobernabilidad parecen concentradas en otro juego, haciéndose las desentendidas de estas definiciones y reclamando a su vez por aumentos salariales que, cuando llegan, lo hacen tarde bajo los vítores de los chupamedias obsecuentes.
Seguimos reclamando y apuntando contra el rey que conduce la estrategia del poder -el capitalismo extractivo- y los diferentes roles que hace desempeñar a sus piezas menores. Necesitamos un Estado que redistribuya, que no gaste a cuenta del pueblo para enriquecer a sus patrones en la obra pública y los negocios financieros -únicos ítems que en el Presupuesto de 2022 avanzarán por encima de los otros “gastos”-, que no recorte derechos laborales para beneficiar a los sectores concentrados de siempre y que no siga desarrollando la matriz extractiva que siempre es aprovechada solamente por unos pocos.
Las definiciones claras generan referencia: Poco a poco el pueblo cordobés se suma a la pelea contra las políticas reaccionarias del “Cordobesismo” y de quienes se postulan como su “oposición”, para hacer retroceder no sólo al lobbista Schiaretti y sus peones, sino para enfrentar a los que promueven el extractivismo y el saqueo para construir -desde el centro del país- una alternativa al neoliberalismo que reivindique la Patria Justa, Libre y Soberana por la que tanto luchamos desde hace más de 200 años.
*Secretario General de ATE y la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba