El Senado de la Nación aprobó ayer el proyecto de ley que ratifica el Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, normativa que el organismo internacional había aprobado en junio del año pasado.
El convenio es de mucha trascendencia habida cuenta que el flagelo de la violencia en el ámbito laboral afecta los derechos humanos fundamentales de las y los trabajadores. “El 190 establece la violencia laboral como una problemática central y hace foco en que las personas no deben ser susceptibles a hostigamientos o humillaciones en el lugar de trabajo, ni tampoco amenazas que perjudiquen sus derechos”, analizó la abogada del Consejo Directivo Provincial, María Terragno.
La letrada explicó que la norma se refiere al derecho a la vida, a la salud, a la integridad, en definitiva, a las condiciones dignas de trabajo. “La ley establece un enfoque inclusivo e integrado en las consideraciones de género, en relación a las desigualdades que sufren las trabajadoras, abordando el tema desde una perspectiva multidisciplinaria atento a que en el caso de las mujeres al acoso laboral propio de una relación laboral se suma la discriminación de género”, señaló.
El convenio también establece una conceptualización de lo que significa la violencia y el acoso laboral y determina un ámbito de aplicación muy amplio que incluye al sector privado, al sector público, y a cualquier ámbito de trabajo, independiente de la condición contractual de las y los trabajadores.
“Además, impone la tolerancia cero incluso en lo referido a las tecnologías de la información o los desplazamientos que la y el trabajador puede tener en algún viaje, o en algún lugar fuera de su lugar de trabajo, en tanto esté trabajando”, detalló Terragno.
El rol de los sindicatos
El convenio de la OIT establece como principio fundamental el derecho de las organizaciones sindicales a representar colectivamente a las y los trabajadores, promueve una amplia democratización de las relaciones de trabajo y dice que no se va a acabar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo si las organizaciones sindicales no son partícipes también de la solución para que este tipo de problemáticas.
El 190 marca también que a violencia en el trabajo se debe también a formas de organización que promueven este tipo de violencias. “Lo vemos mucho en el empleado público, donde la burocratización, el anonimato y la falta de acceso a autoridades que puedan resolver determinado conflicto profundiza la violencia y el acoso”, afirma la abogada de ATE.
En sus recomendaciones, que ahora tendrá fuerza de ley una vez se vea ratificado el convenio en la Cámara de Diputados, se establece la obligación de que los Estados fijan no solo medidas sancionatorias sino también preventivas para que estas situaciones no se profundicen.
Y, por último, en relación a la violencia y el acoso por cuestión de género, Terragno explicó que la ley obliga a los empleadores a tener en cuenta como impacta la violencia doméstica que pueda sufrir una mujer en el ámbito de trabajo, concepto que ATE viene promoviendo en distintos proyectos presentados, como parte de la violencia estructural que sufren las mujeres y que impacta en el mundo del trabajo.
“Lo fundamental del convenio es que viene a reconocer la aplicación de los derechos humanos fundamentales cuando se ingresa al lugar de trabajo, marcando un hito en ampliación de derechos”, finalizó la letrada.