(Córdoba, 7-12-2011)
La Organización Territorial Malón preparó en el centro comunitario “Germán Abdala” de Villa Siburu un acto en donde se mostró ante la comunidad el trabajo de los talleres de folclore y de computación que se realizan en dicho lugar; del último taller surgió la idea de hacer un periódico hecho por los niños del barrio y en el acto fue presentado el primer número de “Los Siburitos”.
Por Ayelén Bárcena
En el comienzo del acto hablo nuestro máximo referente en la organización, Mariano Pezzi, haciendo alusión que: “la CTA considera que todos somos trabajadores, ya sea desocupado u ocupado, que es la bandera que nos aglutina para poder organizarnos frente a los problemas que cotidianamente afrontamos”. Continuó explicando que los distintos talleres que se dan en dicho lugar son una gran oportunidad para los niños para alejarse de los vicios… y que EL HAMBRE ES UN CRIMEN para ello es necesario que nos arrimemos al centro comunitario y nos animemos a organizarnos para continuar con esta lucha para combatir las injusticias. Concluyo que los talleres van a seguir dándose el año que viene y durante el verano va haber cine para toda la familia los fines de semana.
Contamos con la presencia de Guillermo Posada, secretario de prensa de la CTA, y Luis Bárcena, secretario del interior de ATE, que nos dio unas palabras de aliento y fuerza para continuar con nuestro trabajo social, haciendo extensivo el saludo de los compañeros Cacho Mengarelli, secretario General CTA Córdoba, Guido Dreizik, secretario General CTA Capital, y María Teresa Romero, secretaria General ATE Córdoba. “Es una alegría, cada vez vemos más chicos, más madres que se acercan al centro comunitario. Con cada reunión con los compañeros construimos más organización”, señaló Bárcena con marcada emoción.
La calle estaba cortada, el equipo de música con sus enormes parlantes ya estaba listo y los bailarines se preparaban para salir. Los padres de los niños con cámaras de fotos, de videos, por celular, todos querían registrar ese gran momento; los chicos salieron a demostrar lo que aprendieron en el taller de danza (bailaron folclore, regaetoon y los wachiturros) y TODOS fueron ovacionados.
Recibimos a la gente del barrio con alegría, con color, con mística, con compromiso, con entusiasmo, con nervios y con unas buenas pizzas caseras e empanadas para festejar y hacer un brindis para despedir otro año que se va, otro año de orgullo e crecimiento para nuestra organización en la que pasamos por un mundo de sensaciones y terminamos con un balance positivo.