Las condiciones del trabajo en ciencia y técnica en Argentina, y en particular en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)-están atravesadas hace tiempo por el recorte salarial, la permanente precarización, la ausencia de derechos laborales básicos, el poco financiamiento para la investigación y la gran exigencia laboral y de formación.
Este cuadro da a lugar a una problemática acuciante en el organismo: la gran cantidad de renuncias, de bajas en la continuación en carrera y/o disminución de postulaciones para el ingreso al organismo.
El cuerpo de delegados y delegadas de ATE CONICET realizó un análisis abordando la disminución de personal que afecta al organismo científico, situación sobre la que nuestro gremio viene alertando hace tiempo. La realidad resulta bastante compleja de analizar porque no contamos con datos actualizados ni fehacientes, ya que no hay disponibilidad de los mismos desde la institución. Sabemos según lo informado cuántos somos, mas no sabemos exactamente cuál es la cantidad de renuncias, o de bajas por movilidad, o no aceptación de cargos concursados o resultantes del otorgamiento de becas por demoras administrativas anualmente.
Sin embargo, Como trabajadores del organismo y delegades, es una situación que evidenciamos día a día. Conocemos personalmente a compañeres que renuncian y muchas veces nos consultan y surgen inquietudes y comentarios acerca del tema en los lugares de trabajo.
Todes conocemos casos de becaries que renuncian a su beca, porque consiguen trabajo con mejores condiciones laborales, o que al terminar la beca doctoral ya no se postulan a las becas posdoctoctorales- lo que ya representa un embudo por las pocas becas de este tipo que se encuentran disponibles cada año, y que incrementan fuertemente las exigencias y condiciones laborales si es que se desea acceder a las mismas-. Además de Becas doctorales convocadas que van quedando desiertas. Así mismo ocurren renuncias de investigadores, administrativos y de personal técnico (CPA), y también contribuyen a la disminución de personal, los puestos de personas que se jubilan y nunca vuelven a convocar.
Un tema no menor en relación a la decisión de renunciar, es la precarización en las condiciones laborales, siendo que no contamos con un Convenio Colectivo de Trabajo Propio y desde hace años que no hay una verdadera recomposición salarial. Actualmente, algunos salarios del personal administrativo están por debajo de la línea de la pobreza, pudiendo variar entre $120 y $157.578 por mes, mientras que les becaries doctorales cobran un estipendio de alrededor de $180 mil estando apenas por arriba de la línea de la pobreza; y une investigadore, cargo de alta exigencia profesional, puede ganar desde $230.000 mensuales. Estas condiciones salariales dan cuenta de un deterioro de nuestro salario, que se viene dando desde el 2011, se profundiza fuertemente con el gobierno de Macri, y en particular en los últimos dos años; la tendencia no se revirtió durante los dos primeros años del gobierno de Alberto Fernández. Si bien, actualmente se está empezando a recuperar, el sueldo siempre está corriendo por detrás de la inflación.
A esto se suma siempre el hecho de que contamos con poco, nulo o muy retrasado financiamiento para investigación, que no hay recursos para mantenimiento de equipos e infraestructura, ni respuestas efectivas a los problemas de violencia institucional.
A la vez que se postergaron convocatorias que resultaron en la pérdida de llamado de casi un año en las fuentes de financiamiento de investigación -por ejemplo el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) hizo el llamado para convocatorias del 2022 los últimos días del mes de diciembre de ese año, tiempos que no serán repuestos, ni considerados a la hora de las evaluaciones-.
Todas estas condiciones se oponen diametralmente a las exigencias en la formación y desempeño laboral que exige el trabajo en CONICET: para ser investigadore y personal en planta permanente se requiere tener Doctorado, es decir, debe tenerse una formación superior máxima; y para ser becarie doctoral una formación de grado completa.
Ante las altas exigencias del organismo y las malas condiciones en el trabajo, les profesionales prefieren ir a trabajar al sector privado o desplazarse a otros países en donde, luego de haberse capacitado, se van en búsqueda de mejor estabilidad, condiciones laborales y obviamente mejores salarios. La llamada “fuga de cerebros” parece ser de nuevo una situación a la que atender ante las condiciones de las clases trabajadoras en la actualidad, donde el trabajo científico o con exigencias de grado de formación superior, no parece ser una excepción.
Estas situaciones se dan mayormente en áreas vinculadas a las ciencias exactas, física, ingenierías o informática, y en menor medida en las ciencias sociales. Pues, en las primeras el campo laboral es más amplio y las condiciones salariales y de trabajo en el sector privado u otros espacios de investigación en el exterior son mucho mejores.
Los conflictos laborales se agravan y no hay acciones conducentes a tratarlas y/o resolverlas por parte del directorio del organismo. Son muchos los reclamos desde los distintos estamentos y no se reciben respuestas, ni se convocan a las actividades plenarias o reuniones para discutirlas tampoco. Por su parte, las políticas del gobierno no favorecen la situación institucional, no hay discusiones de donde se invertirán los recursos o se invierten en áreas donde el gobierno tiene interés económico, dejando desfinanciados muchos sectores que no son considerados altamente productivos.
Ante esta situación consideramos que es de suma relevancia abrir marcos de discusión y concientización sobre el horizonte del desarrollos científico y tecnológico nacional, preguntarnos hacia dónde van los recursos y que intereses lo definen; al mismo tiempo seguir fortaleciendo los espacios de organización entre los trabajadores del organismo en exigencia de nuestros derechos laborales y condiciones de trabajo y vida dignas.
Cuerpo de Delegadxs ATE CONICET Córdoba
Carola Soria, Ayelén Branca, Nelci Pascual, Lilén Prystupczuk, Santiago Benitez-Vieyra, Maca Fernández