“Hoy en Argentina el 50% de la población es pobre. Estamos hablando de trabajadoras y trabajadores de los ámbitos públicos y privados que trabajan y siguen siendo pobres”, dijo Federico Giuliani en diálogo con la radio AM930. Por otra parte, señaló que los grandes desafíos son salariales porque según los trabajadores de ATE en Indec, en diciembre de 2022 un sueldo debe alcanzar los 238.000 pesos para no caer en la pobreza.
Ante estos datos, Federico Giuliani manifestó que “si uno ve el universo de los salarios en Argentina, la gran mayoría de los trabajadores del país está empobrecido, es decir, trabaja y sigue siendo pobre. Tiene un empleo, pero tiene que recurrir al pluriempleo para rascar esos números que no son más que un piso de dignidad porque para no ser pobre en Argentina necesitas 238.000 pesos con los que solamente comprás la canasta básica, pagás tu alquiler, mandás tus hijos a la escuela, pero te olvidás que una familia se tiene que vestir, recrear y vacacionar”.Aseguró que este tipo de situaciones “nos hacen ver que, en este contexto de altísimo empleo en negro, salarios de pobreza y en las malas condiciones de trabajo en las cuales la mayoría de los trabajadores en Argentina presta sus tareas, están centrados los cimientos para transformar la realidad y convertir nuestra vida laboral en algo más digno”.
El techo de Massa tendrá filtraciones
Sobre la intensión del ministro Sergio Massa de imponer un techo a las paritarias, el dirigente señaló que “en los últimos tres presupuestos del Estado nacional las proyecciones que se hicieron para ejecutarlos fueron fallidas y quedaron muy lejos de la realidad inflacionaria. El 2022 fue el peor de todos con 95% de inflación anual, que es la más alta de los últimos 30 años. Esto no es solo fruto de la incapacidad del gobierno de controlar la inflación, sino por la operación permanente de los grupos económicos y de poder en Argentina. Por eso es impensable que se pueda llegar a cumplir en el 2023 un techo del 60% que plantea Massa, más teniendo en cuenta que se trata de un año electoral, a nivel nacional, provincial y en cada uno de los municipios argentinos”.
“Ponerle un techo a la paritaria es una manera a afectar su carácter libre y democrático, cercenando la posibilidad de discutir a las y los trabajadores cuáles deben ser los aumentos salariales. Por un lado le erran y por mucho las proyecciones inflacionarias y por otro fijan un techo arbitrario, todo lo cual no contribuye a la paz social en nuestro país. Por lo cual en ATE estamos en contra del 60% que plantea Massa, no solo por la inflación que puede sucederse en 2023 sino también por el salario real que perdimos en los tres años de gobierno de Alberto y en los cuatro del gobierno de la oligarquía recalcitrante que tuvo al frente a Mauricio Macri”, reflexionó.
Para el secretario General de ATE Córdoba, hay que poner estos puntos sobre el tapete para dejar claro que no es una discusión de un porcentaje mas o menos sino “entender que en el caso de los estatales nacionales hablamos de trabajadores pobres y es una falta de respeto. Más aun teniendo en cuenta la falta de cumplimiento de las promesas de diciembre de 2020 de realizar el pase a planta permanente de 30 mil compañeros que aun hoy están precarizados y que serán carne de cañón del gobierno que venga”.
El riesgo que vuelva el macrismo
Sobre la posible vuelta al gobierno del espacio de Mauricio Macri, Giuliani alertó que “genera preocupación por lo que significó el intento de la tercer reforma del Estado que pretendió hacer Cambiemos y no lo logró gracias a la resistencia del campo popular en la calle. Esta tercer reforma viene después de la de Videla y Martínez de Hoz, la segunda con Menem y Cavallo y esta tercera que no pudo ejecutar gracias, principalmente, a la lucha de ATE, a pesar que sufrimos 35 mil despidos en el Estado nacional. Si uno lee el libro de este personaje que fue Presidente la derecha en posible alianza con sectores neofascistas como el de Javier Milei proponen hacer en 100 días lo que no pudieron hacer en cuatro años de gobierno en el mandato pasado. Es muy grave porque hablan de un ajuste brutal que todos saben que consiste en achicar el Estado, no solo despidiendo sino también privatizando áreas esenciales y estratégicas del Estado nacional. Eso es lo peor y más nefasto que nos puede ocurrir”.
Pero el dirigente apuntó también hacia adentro del Frente de Todos ya que “hay distintos espacios en juego, como el del Presidente Alberto Fernández, otro de la Vicepresidenta Cristina Kirchner y otro del superministro Massa, que hoy se presenta como el adalid del la transformación económica nacional, pero todos sabemos su origen. Viene de la Ucede, con pasado en el cavallismo, con múltiples idas y vueltas en la política nacional y que está bendecido pro la embajada yanky, con el visto bueno del FMI porque le sigue prestando plata y es un buen candidato para los empresarios, ligado a la oligarquía terrateniente, que no lo ve con malos ojos si no le dan los números a Macri y su grupo”.
El rol de las organizaciones y la salida política
“Por lo cual, continuó Giuliani, si bien se dirime en el terreno electoral gran parte del destino de las y los argentinos no olvidemos el rol protagónico que tenemos las organizaciones del campo nacional popular. Hablamos de los movimientos sociales y la pelea en el territorio, de los ambientalistas, de los campesinos que luchan por una agricultura distinta y de los sindicatos”.
“Si no generamos nuestra propia referencia y tenemos un protagonismo principal en la etapa que se viene seguramente con las políticas de ajuste que ya se están aplicando por medio del acuerdo con el FMI la vamos a pasar muy mal. Aceitar las organizaciones, ponerlas en gimnasia y en la práctica de lucha es fundamental para la resistencia ante un posible escenario de un ajuste mucho mayor al actual”, se preocupó el estatal.
“¿Hay candidato para estas organizaciones?“, consultó el periodista.
– Hay una gran dispersión y ningún espacio política genera la sintesis para las organizaciones que hoy están dando vueltas en la calle. Nos juntamos para hacer la unidad en la acción para decir lo que no queremos pero no encontramos los espacios de reflexión de encuentro y debate, aun con disensos, para poder encontrar tres puntos en común que permitan realizar un programa. La clase obrera lo hizo en su momento con Huerta Grande y La Falda. Ahi las y los trabajadores y el movimiento obrero organizado no solo hablábamos de salario y los convenios colectivos, sino proponiendo que país queremos y tocando puntos centrales relacionados con lo que queremos para Argentina.