En una entrevista que brindó la semana pasada al podcast “Es lo que hay”, el secretario General de ATE Córdoba y la CTA Autónoma, brindó una serie de definiciones respecto a la situación que afronta la clase trabajadora, los gobiernos nacional y provincial, y la perspectiva organizativa del campo popular en Córdoba.
Giuliani fue consultado respecto a la Jornada de Lucha que la CTAA realizó la semana pasada y dijo que “lo importante es nacionalizar el conflicto social, sindical y ambiental que hay en Argentina. Hoy la mitad de las provincias están en situaciones de conflictividad muy importantes, ya sea por lo salarial o lo ambiental. Por eso entendemos desde Córdoba que más allá de las jornadas de lucha hay que construir una huelga general, las condiciones están dadas. No hay plata que alcance para quienes trabajamos, que seguimos siendo pobres si cobramos menos de 119 mil pesos. Eso no sucede en la mayoría de los asalariados. Y los que no tienen nada ni siquiera pueden arrimar un poco de guiso a la olla”.
“En ese marco, agregó, las condiciones están dadas para construir una medida de fuerza nacional para revertir el acuerdo con el FMI y no mandarle ni un dólar más. Porque esa deuda que estamos pagando es ilegítima y fraudulenta. Usted paga la deuda que se invierte en obra pública, en escuelas, en salud. Ahora, si lo están estafando no se paga: se audita, se judicializa, se investiga. Lamentablemente este gobierno decidió pagar a costa de seguir hambreando a nuestro pueblo. No nos cabe la menor duda que la plata para pagar esa plata sale de los sectores populares, no de los concentrados”.
“Nosotros entendemos que para poner un piso de dignidad en Argentina hay que garantizar un salario universal, que sea al menos lo que indica el mínimo, vital y móvil, que hoy es bajo si uno va a lo que plantea la Constitución Nacional en el 14 BIS. Hoy el SMVM está en 45 mil pesos, apenas por debajo de la línea de la indigencia. En la misma discusión entran dos cuestiones, por un lado llevarlo a 119 mil pesos que es lo que indica la línea de la pobreza, y por otro incorporar a esos millones de compatriotas que no tienen nada a un salario básico para poder discutir una Argentina digna. Por eso la CTA realizó la jornada de lucha con cortes de calles y puentes”.
“En Córdoba decidimos hacemos hacer ollas populares, con una actividad central en barrio Marqués Anexo en Córdoba Capital, donde hicimos una asamblea planteando la necesidad de la unidad estratégica entre los trabajadores ocupados, en blanco y legalizados, con los informales, en negro y por fuera de la ley laboral, sino también con los sectores desocupados, que en este caso lo integran las organizaciones piqueteras”.
-Siendo miembro de la CTA, cómo ves la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía y el congelamiento de la planta de estatales.
En primer lugar, quien congeló la posibilidad las vacantes del Estado nacional fue Batakis, incumpliendo el compromiso firmado en 2020 por el Estado donde se comprometió a pasar a planta permanente a 30 mil compañeros y compañeras estatales que hoy están cumpliendo funciones de manera precaria. Lamentablemente, el decreto que firma en los pocos días que estuvo esa ministra va a impedir que esa promesa se cumpla, pero además impide nuevos ingresos necesarios en el Estado si queremos garantizar políticas públicas.
Por el lado de Massa, se trata del hombre de la embajada yanki en Argentina. No nos cabe la menor duda que es el hombre elegido por el establishment para llevar adelante la parte más sucia del ajuste que falta. Lamentablemente no vimos en los días que está ninguna medida que nos muestre un horizonte de esperanza para el pueblo argentino. Siempre se discute lo mismo: como los grupos concentrados se la llevan en pala y los asalariados y el pueblo trabajador sigue perdiendo todos los días, por ejemplo, vía inflación.
Más allá que hay formadores de precios que conocemos con nombre y apellido, el gobierno no hace nada para controlarlos y es una enorme transferencia de recursos de abajo para arriba que no tiene control o por ineptitud o por falta de voluntad. Con un Estado presente esta inflación no podría ser la que tenemos en Argentina. Julio fue el mes de más inflación de los últimos 30 años, entonces lo de Massa es la cereza del postre para el proceso de ajuste que está en marcha y al cual hay que darlo vuelta marcando la agenda en la calle de los laburantes de a pie.
-¿Crees que el gobierno de Alberto y Massa es algo muy parecido al gobierno de Schiaretti?
A nivel provincial hay un gobierno con 23 años en el poder y es una especie de Frankestein creado por De la Sota donde incorpora a la Ucede al peronismo. El partido más liberal fue sumado al ensayo político republicano. Recordemos que Kammerath terminó siendo intendente, cuando De la Sota llega a la gobernación, y después huye de la gestión, acusado de corrupción. Hoy está condenado.
A nivel nacional hay un ensayo republicano con la figura de Massa, porque quienes están a cargo del FdT nos dicen que no hay que marchar ni parar, no hacer kilombo para no ser funcionales a la derecha. Pero, qué es Massa sino la derecha, dentro de un frente electoral. Entonces puede haber una similitud en esto que haya un peronismo “progresista” como el de Capital Federal que representa Alberto Fernéndez, con sectores de la derecha como Massa, que terminan gobernando para los intereses de los que más tienen.
Hicimos mucho en la calle durante el macrismo para que ese ensayo de la oligarquía recalcitrante durara solo cuatro años. El triunfo del FdT es resultado de la resistencia popular. Ahora, no firmamos un cheque en blanco más allá de la pandemia y la herencia macrista, para que al día de hoy no tengamos una sola medida que genere bienestar en nuestro pueblo. Hoy son cada vez más los sectores medios que caen en la pobreza y los pobres que caen en la indigencia. Asi que más allá de la herencia macrista y la pandemia, a tres años de asumido Alberto no hay medidas que nos beneficien, es llamativo.
Tendrían que haber ido a fondo con Vicentin, esa fue una situación bisagra que podría haber cambiado la correlación de fuerzas, pero no hubo voluntad porque tampoco lo discutieron con los actores reales. Cuando queres tomar una decisión y no tenes poder popular, suceden estas cosas, y hoy seguimos esperando que la crisis la paguen los sectores concentrados, volviendo a la vieja discusión de la distribución de la riqueza, sacándole a los que más tienen y no a los que menos tienen para pagarle una deuda al FMI.
¿Por qué la correlación de fuerza nacional, donde confluyen movimientos sociales y sindicatos, no se logra en Córdoba para ponerle un parate al cordobesismo, que está más cerca de Macri que otra cosa?
Schiaretti fue el mejor socio de Macri. De todas formas, en Córdoba venimos transitando una unidad estratégica en la calle, por más que no se vea en los medios, con el bloque piquetero. Lo electoral es otra discusión, en primer lugar no debemos olvidar que la Córdoba paradojal tuvo la Reforma Universitaria y el Cordobazo –con dirigentes como Tosco, la Perra Cstro o Atilio López- , pero también tuvimos una de las dictaduras más tremendas de Latinoamérica y fue uno de los territorios donde el terrorismo de Estado hizo más estragos y venimos de una derrota muy dura en los político y en lo cultural.
Hoy hay un vacío en los grandes aparatos que son los que permiten llegar a lugares de gobierno. Entre el PJ y la UCR no hay diferencias ideológicas, son cáscaras vacías y unidades de negocios que se ponen en marcha tres años antes de la elección. Los dos plantean una provincia de los agronegocios, que fumigan pueblos enteros y revientan las sierras para hacer autovías. Y nosotros tenemos una crisis de representatividad política muy grande en el campo popular en general, no solo los sindicatos o las centrales obreras que tienen dirigente con 30 o 40 años en el cargo. Por caso, José Pihen es juez y parte porque firma la paritaria a la baja y al mismo tiempo es legislador por el partido de gobierno. Esto se traslada a los clubes de barrio, a los partidos políticos, a los frentes electorales que se arman para las elecciones. No supimos elaborar una fuerza política potente que vuelva a enamorar a la gente.
El pueblo no se suicida. Muchos dicen que Córdoba es amarilla,m que vota a Macri, pero es fácil decirlo como dirigente, después hay que estar en el día a día de la gente. Nosotros no supimos, no quisimos, no pudimos brindar alternativas potentes que traiga a un peronismo como el de Obregón Cano de 1973 al plano de discusión de una C´rodoba distintas. Esa es la realidad y hay que hacerse cargo porque nos atraviesa de forma transversal. Para cambiar hay que dejar de lado los sectarismo, los personalismos, formar cuadros. Vea que está hablando de un proyecto político que encabeza el cordobesismo, integrado por el peronismo y los liberales, pero que tiene un faro ideológico fundamental: la fundación Mediterránea.
Ellos se forman, tienen sus universidades, sus proyectos a mediano y largo plazo, pero nosotros no logramos ponernos de acuerdo en la firma de un documento. Mientras perdemos tiempo en cuestiones secundarias o terciarias, quien va arriba de una lista o abajo, si hacemos una interna, ellos se juntan y planifican. Por lo cual, acá lo que queda es un recambio generacional, formar cuadros y que vuelvan a tomar protagonismo en la posibilidad de armar un programa para la clase trabajadora, las organizaciones sindicales y sociales que están en la lucha. Si los proyectos políticos para llevarle a nuestro pueblo vienen desde Buenos Aires le vamos a errar. Acá hay que volver a la savia fundacional del movimiento obrero, en Córdoba se parieron dos programas que si hoy se ven, cambiando el lenguaje inclusivo, están plenamente vigentes. Somos los trabajadores quienes generamos la riqueza pero también queremos discutir la soberanía alimentaria, la soberanía energética, la soberanía comunicacional. Es la reivindicación en la calle, como lo venimos haciendo en Córdoba al menos desde ATE y la CTA Autónoma, organizándonos con quienes luchan y no son funcionales y serviles al poder, pero también con un programa que logre llevar a nuestra gente ese enamoramiento hacia un nuevo proyecto político que nos pueda poner de pie en la provincia. Nos falta mucho y hay que ponerse a trabajar en eso, sin personalismos y pensando en las bases organizadas que quieren un destino distinto.
-Esperemos que en la calle se vaya reflejando si hay o no 2023.
Falta mucho para el año electoral, lo importante es pensar en nuestra gente, cómo hacen hoy nuestros compañeros y compañeras en las barriadas populares para llenar la olla. Venimos de una elección en la Central y logramos constituir en Punilla un distrito de la CTAA y nuestros referentes son dirigentes ambientalistas, cómo hacemos con esos compañeros que hoy están siendo imputados por el solo hecho de pelear para que no sean judicializados.
Hay una pelea ambiental muy importante en Córdoba, invisibilizada por los medios, que debe agregarse a esta agenda de lucha que tenemos, recorriendo el territorio, donde el pueblo se expresa todos los días, donde nuestros pibes caen víctimas del gatillo fácil de la policía o apelan a la salida fácil de la droga. Creo que juntar al movimiento sindical combativo, con los trabajos territoriales genuinos, la pelea ambiental, la pelea ambiental, la pelea cultural, va a ser el único camino de la agenda del año que viene. Para que esa Córdoba del gringo Tosco y el negro Atilio, no solo es posible sino necesaria para traerlos a la actualidad y construir una provincia distinta. Cuando uno la camina y la recorre se ve tan rica y tan concentrada en pocas manos que genera los peores números de desigualdad social, de hambre, de pobreza y de precarización laboral.