Ayer por la tarde se concretó la charla debate organizada por el Consejo Directivo Provincial (CDP) donde el secretario General de ATE Córdoba, Federico Giuliani, coordinó la actividad que tuvo como expositores al jurista Eduardo Barcesat y la economista Claudio Lozano, abordando el acuerdo con el FMI que el gobierno pretende impone en el Congreso, que implica un ajuste dadas las condiciones que el fondo buscar impone a la Argentina.
“Compañeros y compañeras de todo el país estamos participando de esta actividad, frente a una cuestión que es central en la agenda pública y pero que no tiene el contenido político necesario para que podamos comenzar a delinear, entre trabajadores y trabajadoras, integrantes del campo popular, cuáles son las consecuencias que va a traer este acuerdo con el FMI”, introdujo Giuliani frente a los 120 participantes presentes.
El dirigente mencionó la presencia de Pipon Giuliani, presidente de Unidad Popular Rio 4°, junto a compañeros de Lomas de Zamora, de Sante Fe, de Neuquén, de prov de Buenos Aires, a Leticia Quagliaro de Unidad Popular Santa Fe, a las compañeras de Radio Kaput de CABA, presencia de dirigentes de Ushuaia, Río Cuarto, Rosario, Capital, Villa María, Vicente López, Santiago del Estero, Jujuy y Entre Ríos
“También entendemos que después de una etapa de debate hay que pasar a la acción y por eso es fundamental que hoy estén presentes dirigentes de distintas organizaciones de base, tanto sindicales, como territoriales, sociales y culturales, porque seguramente tendremos que salir a poner el cuerpo par que no seamos nuevamente el pueblo trabajador el que pague las consecuencias de un acuerdo de este tipo”, continuó Giuliani para luego invitar a Barcesat a iniciar su exposición.
El jurista comenzó explicando el aspecto jurídico institucional del acuerdo en 2018 con el FMI. “Tengo a mano las disposiciones constitucionales para tomar créditos de esta naturaleza, pero hay que resaltar la gran paradoja que siendo la palabra ‘deuda’ un término jurídico, no se haya escuchado a lo largo de los debates la opinión de abogados respecto a qué valor y qué grado de validez atribuirle al acuerdo celebrado por la gestión de Mauricio Macri”, apuntó.
Y propuso un debate entre juristas para determinar “en qué cláusula se apoya la presunción de que la deuda es legal”.
“Que el Presidente Alberto Fernández diga que el gobierno de Macri era legítimo, y que por lo tanto sus actos también lo son, no tiene ningún sostenimiento en base al derecho porque la legitimidad de origen -que nadie duda- no se extiende a todos sus actos. y hoy en día tenemos una colecta tan terrible de atrocidades constitucionales incurridas por aquel gobierno, que pensar que el hecho de haber llegado por voto popular valida todo lo actuado no se sostiene en el derecho”, aseguró Barcesat.
También señalo qué son los empréstitos y cómo proceder a su arreglo. “El texto constitucional mantiene vigente el art 75 inc. 4° (que se refiere a contraer empréstitos sobre créditos de la Nación) y 7° (arreglar el pago de la deuda interior y exterior), un texto de 1853 revalidado en 1994, con el voto ampliamente mayoritario de la Convención Constituyente de ese año. En aquel debate se examinó la delegación de facultades y se mantuvo el texto originario, completándose esa mención con otras dos disposiciones constitucionales que servirán para encuadrar el tema. La primera es el artículo 65°, inc. 22, que dice ‘corresponde al Congreso aprobar o desechar trabados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales’. Queda claro que el Congreso debe pronunciarse sobre una carta de intención o acuerdo preliminar del Poder Ejecutivo con las autoridades del FMI para que adquiera vigencia. Porque si la Constitución dice que se puede aprobar o desechar es obvio que el pronunciamiento debe ser previo a que entre en ejecución el acuerdo con organismos internacionales”.
Y razonó “el dato cierto es que el Poder Ejecutivo encabezado por Mauricio Macri no envió en ningún momento al Congreso la propuesta de empréstito con el FMI. Así mismo, cuando desde el bloque de Unidad Ciudadana se intentó concretar una reunión para que vinieran a exhibir cuál era acuerdo que se había celebrado por ese monto tan enorme, no se le dio quorum a la reunión y fracasó. Desde el inicio de la gestión del Presidente Fernández tampoco se llevó al Congreso el acuerdo del 2018 para ver si es aprobado o desechado”.
Respecto a los requisitos que debe cumplir un acto jurídico para ser válido, para poder crear una norma de derecho como es un tratado o un acuerdo financiero, son que el acto se realice desde una autoridad competente y que se haya seguido el procedimiento establecido por la ley orgánica, es decir el orden jurídico.
“Por eso describimos qué dice la Constitución y cuál es el papel del Congreso. En cuanto al procedimiento, es una ley que autorice el procedimiento al Ejecutivo en su trato con el directorio del FMI. Nada de esto ocurrió“.
“El tercer requisito de validez es que el acuerdo pertenezca a un orden jurídico que en su conjunto sea valedero (que tiene valor para determinada cosa) y acorde a ese orden jurídico. Eso que nuestra Corte Suprema llama control de razonabilidad. En cuanto a la competencia del órgano y cumplimiento de procedimiento, está claro su incumplimiento, en tanto la razonabilidad se la dejo a Lozano”, resumió
Lozano
Por su parte, el director del Banco Nación saludó a los presentes y comentó que “es un placer participar de este debate sobre un tema que ciertamente es muy relevante, sobre todo para el futuro de nuestro país por la situación de clara vulnerabilidad social que sufre hoy la Argentina. Como dice Barcesat, el acuerdo del 2018 es nulo, inconstitucional e implica además una malversación absoluta de los fondos que se supone que ingresaron a Argentina para la cancelación de deuda pública y que fueron utilizados para un claro proceso de valorización financiera y fuga de capitales”.
“Dicho esto, y siendo un poco antipático con el Gobierno Nacional porque Unidad Popular es una fuerza que integra el Frente de Todos desde el comienzo, empiezo diciendo que todo lo que estamos haciendo en este momento va en línea para que el acuerdo que estaría por enviarse al Congreso no se concrete. En tanto todavía hay procesos de negociación del Poder Ejecutivo con el Fondo y posteriormente la intervención del parlamento, esperemos que podamos intervenir para que estas cosas puedan modificarse en alguna medida”, se esperanzó.
Y adelantó que “lo que conocemos hasta ahora es muy malo, implica haber perdido una oportunidad histórica de declarar nulo el acuerdo de 2018, que nos permitía contar, tanto en el plano local como en el internacional, un conjunto de elementos que hubieran obligado a que el FMI tuviera que asumir su corresponsabilidad respecto a la situación argentina. El fondo tuvo que ver con lo que ocurrió, es responsable igual que Macri, y que por lo tanto tiene que facilitar la solución, no puede asumir la corresponsabilidad y que eso no se traduzca en nada”.
Pero, criticó Lozano, en vez de iniciar un proceso donde tanto la Argentina como el fondo ponen algo para poder solucionar lo ocurrido, “lo que termina apareciendo es una propuesta donde la existencia del endeudamiento permite la incorporación del Fondo para cogobernar la Argentina desde ahora hasta el 2034. Es decir, se nos está planteando un cogobierno desde 2022 a 2034 con el FMI. Esa es la dimensión de lo que nos están proponiendo”.
Y apuntó a la gestión económica actual a afirmar que “esto no es casualidad sino el resultado de malas caracterizaciones y de malas decisiones, tomadas para enfrentar la situación. Las caracterizaciones son malas porque no se entiende qué estamos discutiendo. El crédito de Macri no es uno más, sino un crédito del FMI de eminente contenido geopolítico donde los EEUU utilizaron al Fondo violentando su normativa y sus modos de intervención para controlar el destino de la Argentina. Por eso, más allá de la suerte de Macri, los vencimientos que eran imposibles de afrontar se pusieron en cabeza del gobierno que seguía, de manera que si no era Macri quien seguía gobernando el que agarraba iba a tener que discutir qué rumbo tomaba”.
Situación mundial
Para Lozano “hay una situación mundial clara de conflicto geopolítico, de reparto del mundo, entre China y los EEUU donde Latinoamérica es parte de esta discusión y donde Argentina tiene un rol y un lugar en Latinoamérica y un lugar no menor, además de gozar con múltiples complementariedades en materia comercial, tecnológicas y financieras con China. Por eso para EEUU este tema no es cualquier cosa, ni solamente sostener a Macri. Tenía que garantizar centralmente que quien viniera no se saliera del redil y siguiera respetando las políticas norteamericanas en la región”.
“Para esa discusión pesada, fuerte, hay que realizar una acumulación de fuerza que permite sostener una negociación distinta y obliga a la política exterior argentina a tomar el tema de la deuda en el centro de su acción y esgrimiera no solo la nulidad, que para la legislación argentina tiene ese acuerdo, sino que gritara en todos los foros que pudiese las múltiples irregularidades que el FMI cometió y que también hacen nulo el crédito desde ese punto de vista”, describió.
¿Fondo bueno? Para nada
“El segundo punto equivocadísimo de la gestión del gobierno es la visión sobre el FMI porque de entrada la estrategia del ministro Guzmán implicó tratar al fondo como una institución amiga que le iba a abrir una solución al problema, el FMI como aliado, cuando en realidad era el centro del problema”.
“El tercer elemento también problemático es que Alberto Fernández recibió a la Argentina en situación de default declarada por el propio Macri, que dejó de pagar la deuda en pesos y mando una ley de reperfilamiento de los vencimientos en divisas con los creedores privados. O sea, el default es de Macri y la lógica era haberse mantenido en esa situación de no pago como condición desde donde negociar con los acreedores. Pero el gobierno argentino consideró que tenía que mostrar una suerte de armonía con los acreedores y decidió pagar mientras negociaba, lo que implicó un deterioro permanente en sus reservas, debilitando al extremo su capacidad de negociación”, lamentó Lozano.
Para Lozano, en este marco el gobierno llega a la negociación, luego que en el 2021 aun sin acuerdo con el fondo llevó adelante una política de ajuste discutida con el fondo que implicó reducir el 50% del déficit fiscal de la Argentina sobre la base que se resintieran los salarios estatales, las jubilaciones, las políticas sociales y cuyo resultado fue la derrota electoral del gobierno en el final de ese año. “Es decir que el ajuste fiscal derrotó al gobierno en las Paso, primero, y en noviembre después”, sancionó.
“Como agregado a esta situación, la administración de manera deficiente los dólares que ingresaron a Argentina durante dos años, periodo con saldo comercial favorable por 30 mil millones de dólares, dio como resultado es que además de derrotados electoralmente por aplicar el ajuste, el gobierno llega sin reservas para aguantar la negociación, al pagarle a los acreedores privados y al fondo y permitiendo que las grandes empresas privadas, tanto locales como extranjeras cancelaran deuda en el exterior con las reservas del banco central”.
Acuerdo malo
“No estamos discutiendo un acuerdo tan malo por casualidad, sino como consecuencia de caracterizaciones equivocadas, de decisiones equivocadas cuyo resultado ha sido la derrota electoral del gobierno y la nula situación en materia de reservas que le hace difícil sostener la situación. A punto tal que el propio Presidente termina tirando la toalla y pidiéndole al FMI que le cierre el acuerdo. Por eso sale a plantear el acuerdo antes de pagar lo último que podía, el vencimiento del 29 de enero, cuando está a la espera de un acuerdo aún no cerrado”, dijo el presidente de Unidad Popular.
“Por eso los primeros comunicados fueron contradictorios: mientras desde el Ministerio de Economía se decía que ya estaba, en Fondo decían que todavía estaban negociando. Y todavía están negociando, hubo una reunión muy importante ayer donde se acercaron las partes, cuando todavía no conocemos la letra chica”, remarcó.
Y concluyó: “al default nos llevaron ahora porque la política de pérdida de divisas y la falta de control de las finanzas hizo que la argentina se quedara sin reservas. Es decir, es un default basado en la pérdida de soberanía y de control sobre la política económica por parte del gobierno. No sería lo mismo si el gobierno hubiera sido triunfante en las elecciones y si hubiera acumulado reservas en base a los 30 mil millones de dólares, limitando los pagos e impidiendo las multinacionales se llevaran, con cancelación de deuda absolutamente ficticias, buena parte de las reservas del país”.
“Si nosotros tuviéramos un gobierno que hubiera discutido una estrategia social diferente, en vez de practicar el ajuste, y si hubiera preservado las reservas, hoy estaríamos discutiendo otro acuerdo con el fondo, con una cesación de pagos de carácter soberano. No es lo mismo llegar al default por pérdida de soberanía que parar los pagos teniendo control sobre el proceso económico que uno lleva adelante”, finalizó.
Los interesados en ver la conversación completa puede acceder ingresando acá.