El secretario General de ATE Córdoba brindo este fin de semana una entrevista al programa televisivo Vida Sindical donde se trató la situación de las y los trabajadores de la salud provincial.
Allí Giuliani criticó fuertemente al gobierno de Schiaretti por el estado en que se encuentra el sistema sanitario y como están sufriendo los equipos de salud las condiciones salariales y laborales, profundizadas por la pandemia así como por la escalada inflacionaria que horada el poder adquisitivo de los haberes públicos.
“Estamos viviendo una difícil como pueblo en general, pero como trabajadores del Estado en particular”, afirmó el dirigente estatal.
Y explicó que “ATE incluye la representación de trabajadores nacionales, provinciales y municipales. Claramente, hay una desidia de los gobiernos que son nuestros patrones de turno”.
“La pandemia vino a poner en evidencia la precarización en el Estado, y nos encontró con un sistema de salud debilitado porque la salud pública se mantiene con un presupuesto adecuado, que no tienen los municipios como primera línea de contención de la demanda del servicio, y no lo tiene la Provincia. Eso impacta en la calidad del trabajo de nuestros compañeros y compañeras”, remarcó Giuliani.
En esa línea, el secretario General de ATE remarcó que “los gobiernos pagan salarios de pobreza, donde la mayoría del personal, desde médicos, técnicos, enfermeros, camilleros, administración, todos están precarizados…”
–Se desnudaron muchas cosas con esta pandemia…
Federico Giuliani: falta de personal: el trabajo que hace 1 trabajador debieran hacerlo 4 o 5. Además no hay carrera ni convenio colectivo que unifique a la salud pública provincial. Hoy hay una ley que convenia al equipo administrativo y otra al equipo de salud. Como si el que está en el mostrador no tuviera la misma responsabilidad que el que tiene que operar.
En ese contexto, tenemos que lidiar todos los días contra la falta de insumos, de equipos de protección personal, que se cumplan los protocolos, una pelea desigual. Asimismo estamos convencidos que la única forma de pelear por nuestros derechos es conocerlos. Y que no corresponden a la bondad de los que mandan, sino que los conquistamos a lo largo de muchos años, con la pelea de movimiento obrero organizado.
Esto es así en Argentina y en Córdoba en particular. Estamos en la provincia que parió el Cordobazo en el 69, con grandes dirigentes como Atilio López, como Agustín Tosco, como Héctor ‘la perra’ Castro, como Elpidio Torres.
En nuestro caso somos una generación nueva, nos toca venir desde el interior y ahí estamos peleando contra el gobierno provincial, que no solo nos ningunea, nos niega, sino que a la hora de escuchar nuestras propuestas no nos sienta en las instancias de diálogo.
–Ante el panorama salarial en el sector Salud, ¿Cómo están encarando la solución de esa problemática?
F.G.: lamentablemente ATE no está sentada en la mesa de discusión.. Nosotros decimos que hay que la negociación salarial debe transitar dos ejes: por un lado discutir la paritaria de la Administración Pública Central, los que hacen tareas administrativas o sociales en los distintos ministerio; y otra paritaria totalmente distinta debe ser la de salud. Son dos situaciones diferentes.
El gobierno de Córdoba cree que la mejor forma de llevar adelante la solución de los problemas de la gente es sentando aun único sindicato, nosotros decimos que la representatividad sindical es mucho más amplia, que debe aplicarse en el Estado la libertad y democracia sindical.
Según los números del Indec, para no ser pobre hay que ganar por encima de los 64 mil pesos, pero ninguno de los trabajadores gana eso. Y para vivir dignamente hay que ganar 99 mil pesos.
–Parece inalcanzable con este ritmo de paritarias actual.
F.G.: Pero la plata está, sucede que el gobierno no quiere distribuir igualitariamente los recursos existentes. Córdoba es una provincia rica, asentada en la pampa gringa donde el poder y la riqueza están concentradas en pocas manos. Por otro lado, tampoco se llega a salarios dignos porque hay sindicatos que negocian paritarias a la baja. Ahora, recursos hay pero no quieren distribuirlos.