De cara al pasado 8 de marzo, las trabajadoras del Polo de la Mujer exigimos el aumento de personal, denunciando el incremento de la demanda. Luego de esto, logramos la incorporación de 14 profesionales, quienes inexplicablemente fueron despedidxs hace pocos días. Despidos que ponen una vez más sobre el tapete las condiciones de suma precariedad en las cuales trabajamos, ya que estxs compañerxs ingresaron mediante supuestos convenios que nunca lograron efectivizarse. Lamentablemente en la segunda provincia del país con mayor índice de femicidios, el gobierno despide injustamente a trabajadorxs de este ministerio.
Las trabajadoras somos las primeras en saber lo esencial de nuestro trabajo, las mujeres necesitan de nuestro acompañamiento para poder salir de las cada vez más extremas situaciones de violencias. Las funcionarias han dejado deslizar que estos despidos son nuestra responsabilidad, al haber hecho de público conocimiento las condiciones de precariedad. Consideramos este un argumento machista y patriarcal, apostando al secreto y al silencio como mecanismo de coerción. Somos nosotras quienes todos los días buscamos que las mujeres rompan el silencio, se animen a exponer su situación para comenzar una vida libre de violencias. Por eso decimos con claridad que la asistencia a mujeres se ve perjudicada por una decisión política del gobierno de turno, de explotarnos, precarizarnos, e invisibilizarnos. Seguimos organizadas, exigiendo la inmediata reincorporación de lxs compañerxs despedidxs en condiciones laborales dignas, junto con el pase a planta de todxs lxs trabajadorxs.
Sin embargo, la crítica situación de esta institución no termina aquí. Luego de la lucha que dimos semanas atrás, con asambleas y paros de dos horas por turno, sólo conseguimos un aumento del 17% para las trabajadoras monotributistas, aumento muy desligado de la realidad inflacionaria de nuestro país, manteniendo nuestros salarios por debajo de la línea de pobreza. La gestión de Claudia Martínez continúa con el ejercicio de la violencia, descontando los días de asamblea y paros, intimidando a nuestra delegada y realizando traslados compulsivos de áreas sin ningún tipo de criterio profesional. Mecanismos hartamente conocidos para desarticularnos, dividirnos e imponer el miedo como regla. En este marco, hemos impulsado un fondo de huelga para recolectar el dinero descontado de nuestros sueldos, colecta que ha comenzado por las mismas compañeras y extendemos a la sociedad en general.
No estamos dispuestas a trabajar priorizando cantidad por sobre calidad. Nosotras no prestamos un servicio, sino que garantizamos derechos a las mujeres. Por ello, proclamamos nuestro derecho a vivir una vida libre de violencias, viéndonos obligadas a nombrar una vez más que precarizar es violencia, y en este caso que es el gobierno provincial quien nos violenta. Como colectivo estamos siempre dispuestas al diálogo, por eso venimos exigiendo y propiciando esas instancias desde hace años, lamentablemente sin haber encontrado respuestas favorables.
Solicitamos la más amplia solidaridad y acompañamiento de la sociedad, organizaciones sociales, feministas, políticas y otras mediante adhesiones, fotos, videos para difundir nuestra lucha.
- Reincorporación inmediata de lxs compañerxs despedidxs
- Abajo los descuentos por paros y asambleas. No a los traslados compulsivos.
- Pase a planta permanente de todas las trabajadoras. Aumento salarial de emergencia de acuerdo a la canasta familiar.
- Reconocimiento del régimen especial por tarea de riesgo psico social
- ¿Quién cuida a quienes cuidamos?
- ¡Precarizar es violencia!
Contacto:
Belén Valletto. Delegada ATE: 3516606928
Sandra Cáceres. Delegada ATE: 3512346979