En un debate que contó con la moderación de Federico Giuliani, Secretario General del Consejo Directivo Provincial (CDP) de la Asociación Trabajadores del Estado de Córdoba, Claudio Lozano expuso los principales puntos que componen la coyuntura económica y política actual y los elementos que llevaron al estado actual de situación de nuestro País en general, el Gobierno en particular, la estrategia de los sectores populares para retomar la iniciativa y las medidas indispensables en ese marco de construcción de una agenda popular a nivel gubernamental. En este último sentido, Lozano remarcó que “para acordar políticas, cuestiones económicas, debe de haber pelea antes.
Es muy difícil obtener algo si no asumimos que hay un conflicto con quienes detentan intereses contrarios a los que el Pueblo tiene”. “Creo fuertemente de que el hecho de que no avancen algunas cosas como impuesto a las Grandes Fortunas, Vicentin, Salario Mínimo Universal y otras medidas de la agenda institucional, es porque buena parte de quienes integran el FdT acompañaron los ajustes de Macri, están supeditados a los intereses de los sectores concentrados de la economía y esa es la situación institucional”, disparó Lozano quien, de todas formas, advirtió que, a pesar de ello, “toda relación de fuerzas está hecha para ser modificada: hay que decidirse a ello. Y, en ese marco, la democratización de todas las decisiones de nuestras organizaciones, del Gobierno y demás aspectos de la vida social, es la cuestión central. Si las decisiones del Gobiernos siguen siendo discutidas solo con los sectores concentrados cada vez tendremos menos salidas. Pagamos deuda a los acreedores privados para llegar a una reestructuración consensuada y hoy los bonos se caen a pedazos porque los están vendiendo. Entonces no hay diálogo posible allí. Por eso planteamos que hay que abrir a todas las voces, no solo los agroexportadores, las grandes empresas y la CGT. Hacen falta acuerdos más amplios. Si siguen discutiendo la economía y la política con los de siempre, el camino nos conduce a la debacle, totalmente contrario a los intereses y a lo que votó la mayor parte de los electores cuando expulsamos a Macri el año pasado”, ratificó.
El Director del Banco Central llamó la atención acerca de que “el poder económico y político avanza y el gobierno ha abandonado debates que hace dos meses estaban sobre el tapete como fuera el caso de Vicentín o la Renta Básica Universal. Dicen que la cuestión fiscal no da para esta última medida, pero acto seguido de esta afirmación, bajan retenciones a las exportadores, que es una gran sangría y perjuicio sobre los recursos económicos con los que podría disponer nuestro Estado para las necesidades del Pueblo”. Lozano advirtió además que en “el presupuesto 2021, el Gobierno hace de cuenta como si la pandemia hubiera terminado, centrando el presupuesto en la discusión con los Bonistas y el Fondo”.
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Acerca de la coyuntura, el Director del Banco Central identificó tres ejes para ordenar la exposición: El primero tuvo que ver con un análisis de la “recesión, la caída de la actividad, el deterioro de las condiciones de vida y la crisis cambiaria”; el segundo sobre el “marco político”; y el tercero sobre “cómo llegamos hasta el momento actual”.
1) Recesión o caída de la actividad, deterioro y crisis cambiaria:
“Estamos enfrentando una caída de la actividad similar o mayor a la del 2001, pero con el agravante de que esto se ha producido en un lapso de tiempo mucho menor. Hay una caída del 19% de la actividad interanual contra el segundo trimestre del año pasado que ya de por sí es un desastre, pero ello se agrava en tanto entre el segundo y el primero de este año el derrumbe ha sido del 16%.”
“Hoy nuestro país tiene 3,7 millones de empleos menos que los que había en el primer trimestre del 2020, de los cuales 2 millones pertenecen a asalariados no registrados, 1 millón cuentapropistas y 150 mil empleo registrados.
El poder adquisitivo promedio de quienes trabajan en la Argentina cayó un 20 por ciento con respecto al año anterior: un 28 por ciento par el 10% más pobre, un 11 por ciento para el más rico, con lo cual vemos cómo a la caída en la actividad lo siguió una profundización de la desigualdad”.
“Hubo diversas estrategias de “compensación”, refuerzos para contener situación social, pero claramente insuficientes, a juzgar por los resultados. Y eso no es azaroso: cuando uno compara los recursos públicos que invirtió la Argentina con otros países -sin poner a ninguno de ellos como paradigma de nada, pero solo como para dar un dato en relación a otros- vemos que la respuesta de nuestro Estado ha sido pobre: 2,8% del producto destinó Argentina; Perú, el 8,1%, Brasil 6,5% y Chile 7,7%. Si bien existieron las medidas paliativas, las mismas fueron limitadas y debieran haber sido muy superiores para contener la situación que se estaba y está viviendo”.
“El resultado de todo esto es que en un año tenemos 5 millones de pobres más y 2 millones más de indigentes; 4,2 millones de pobres más de cuando asumió Alberto, 1,7 millones nuevos de indigentes”.
“Observamos, también, una presión cambiaria totalmente interesada en el marco de un Banco Central que se ha quedado prácticamente sin reservas. Se ha querido poner el foco en que los dólares se han ido por los US$200 por persona. Eso explica la parte menos de la situación. Argentina este año tiene dólares: 17 mil millones de dólares en la balanza positiva. En el marco de la decisión de la negociación con el FMI y otros pagos de deuda pública permitieron que salgan 3 mil millones de dólares y, además, el Estado permitió que las empresas fuguen divisas y cancelen deuda privada por 7 mil millones de dólares. Nunca el Estado debería de haber cedido a estas presiones. A todo eso se suman los 4 mil millones de dólares que no han liquidado los exportadores y entonces ahí sí podemos explicar la situación más cabalmente”.
2) Marco político
“Hace dos meses se viene dando una estrategia del poder económico, medios y actores del sistema institucional político. El punto claro es Eduardo Duhalde planteando la posibilidad de un golpe de Estado. De allí en más, vinieron: banderazos; sobredimensionamiento mediático de la inseguridad, de las tomas de tierras; conflicto policial (que más allá de la legitimidad del reclamo salarial, tuvo ribetes golpistas). Todo este contexto sirvió a la presión sobre la devaluación, un intento de que el Gobierno termine de aunar su política con los sectores concentrados para llevar al Gobierno a una profunda devaluación lo antes posible.
3) Contexto, cómo llegamos a estas decisiones y la situación actual del gobierno
“El Gobierno del Frente de Todos (FdT) observando la soledad regional, la presencia de Trump y otros elementos internacionales pensó en que podría llegar a un acuerdo con los factores de poder globales concentrados par a renegociar la deuda, haciendo algunos juegos de alianzas en ese marco y con formadores de precios a nivel local, todo al mismo tiempo. Planteaba una especie de “armisticio” con los sectores dominantes que permitiera un moderado mejoramiento de la situación nacional. Correr a la figura de Cristina y otorgar lugares muy importantes para el Frente Renovador, fue parte del acuerdo. Para nosotros como UP y muchos sectores populares, la participación en el FdT era la forma de poner un límite al neoliberalismo, por ello participamos de esta fuerza política triunfante”.
“La del acuerdo con los sectores de poder, es para el Gobierno algo central: las medidas para los estatales, movimientos populares, de desocupados, todos los trabajadores activos y jubilados fueron, desde el comienzo del Gobierno, totalmente tibias”.
“Sin embargo, toda esta estrategia de “armisticio” que algunos imaginaban en el FdT, con la pandemia se va al demonio. Y no solo eso, sino que en el marco de la cuarentena temprana y estricta para recomponer el sistema sanitario, terminó enfrentándolo con los sectores económicos concentrados con quienes planteaba un pacto. Y la primera muestra de ello fueron los 1450 despidos del Grupo Techint en el sur del país: todas las empresas globales a las que la cuarentena les repercutía fueron totalmente destructores de las cuarentenas en todos los países y el nuestro no estuvo exento”.
“Buscaron deteriorar al Gobierno y se encontraron con que la cuarentena no tuvo la atención suficiente con medidas sociales y políticas que la rodearan: las mismas fueron escasas, muy poco participativas en el sentido de construir una base social popular de apoyo a lo público. Y el gobierno, en ese marco, debió salir de la estrategia sanitaria de la cuarentena cuando teníamos más casos, más muertos, menos camas, más frío y en peores condiciones sociales y económicas generales. Y ello repercutió en que hoy nuestro país figure 7º en el mundo en cantidad de casos y número 18 en muertos por millón de habitantes, con números que continúan empeorando”.
“Al Gobierno se le quemaron los papeles de la estrategia del acuerdo sin una estrategia superadora, con los sectores concentrados controlando prácticamente todo”.
“El Gobierno, en lo económico, debería de haberse asentado en dos patas: – Primera, que Macri suspendió los pagos no solo en dólares sino también en pesos (algo inaudito esto último). Había que asentarse sobre eso con los bonistas e impulsar puertas adentro que los dólares de esa suspensión debían ser para poner en marcha la economía; – la segunda, plantear la inmediata e impostergable investigación y auditoría de toda la deuda, para develar el fraude.