Con el segundo programa caminando en la FM Gen 107.5, la emisión semanal de “Entre todos y todas” va ganando consideración y se inserta en la política general de prensa y comunicación de ATE Córdoba, clave para ampliar la convocatoria del gremio a las y los trabajadores en el camino de recuperar y ganar derechos para el conjunto de las y los estatales en Córdoba.
En ese marco, la secretaria de Prensa del Consejo Directivo Provincial, Julia Giuliani, retrató la política de ATE a su cargo y dio una mirada amplia de los desafío por venir.
¿Qué le aporta el programa a la estrategia de comunicación de ATE?
Le suma mucho a la estrategia comunicacional para tener una pata en todos los dispositivos y formatos comunicacionales que podamos desplegar. Siempre suma para seguir ampliando el abanico, no solo para llegar a los afiliados o potenciales estatales que pueden estar cercanos a nuestra organización sindical, sino que también lleva nuestro discurso, nuestra práctica cotidiana, nuestra línea política, a un público general porque obviamente una organización sindical hace política, política sindical, política gremial, siempre en defensa de las y los trabajadores.
En ese marco, el programa fortalece la estrategia de crecimiento de ATE de manera colectiva. Si bien nace desde Prensa, es una espacio construido colectivamente con quienes laburan en la Secretaria, con los secretarios y secretarias de Prensa de las seccionales, por el aporte de afiliados y delegados. Con el primer programa nos llegaron muchísimos mensajes, acompañando y apoyando, diciendo que era innovador, una propuesta distinta.
Cuando la prensa comercial asume un papel meramente relacionado con miradas patronales, ¿qué rol estratégico tiene una voz propia para el movimiento obrero y para los estatales?
Frente a la prensa comercial que tiene un rol empresarial, producto de la falta de regulación sobre los medios de comunicación y las empresas que ostentan el monopolio y manejan la comunicación del país, hay que hacer una fuerte crítica constructiva del rol del Estado, al no haber una regulación sobre los medios, en cuanto a los discursivo, a la pauta publicitaria, a la falta de perspectiva de género, a la crisis sobre la veracidad de la noticia.
Hoy más de 50% de la información que consumimos se originan en ‘fake news’, son obviamente discursos que nos quieren imponer qué pensar y cómo pensarlos porque están direccionados a intereses que no son los de las grandes mayorías.
Nosotros como parte del campo popular debemos tener estrategias, planificación comunicacional que nos permita amplificar nuestra voz. No es solo hablar de reclamos o tener posicionamientos coyunturales frente a las distintas cosas que pasan. También nos tiene que poder permitir meter en la agenda qué es lo que los y las trabajadoras estatales estamos discutiendo o debatiendo, cuál es la realidad que hoy nos atraviesa con la pandemia.
Cuando la consigna era ‘vamos a volver mejores’ y ‘va a estar todo bien’ y claramente no estuvo todo bien porque mientras la clase trabajadora está bancando la parada en la primera línea, los de la salud, pero también aquellos compañeros que estuvieron garantizando derechos para el conjunto de la población, el gobierno de Schiaretti, por caso, metió un ajuste feroz sobre las y los estatales con la reforma previsional, que se replicó en varios municipios del interior con baja perspectiva de acuerdos salariales a la alta.
El pago a los provinciales lamentable y la discriminación para los trabajadores de la salud de manera discriminatoria porque se lo dan solo a los terapistas, y solamente para los que se desempeñan en establecimientos para adultos, son buenos ejemplos de lo que pasa. Me parece que en este marco de crisis económica, nosotros tenemos que tener un claro posicionamiento de cuál es nuestra agenda, no solo un pliego de reivindicaciones sino también para volcar propuestas a muchas de las problemáticas. En ese sentido es clave seguir ampliando los canales que nos permiten llegar al conjunto de la población, más allá de las y los estatales.
Una experiencia comunicativa radial parecida es ‘Lo que somos’ de la CTAA de Río Cuarto. Ahora se trata de ‘Entre nosotros y nosotras’. ¿Cómo irrumpe la temática de géneros en la comunicación institucional de ATE?
En Río Cuarto la CTA A tiene un espacio radial hace 11 años en la radio de la Universidad Nacional, que se llama Lo que somos. Es un espacio que recuerdo con mucho cariño porque fue muy sentido el proyecto que armé y hoy continúa con un grupo de compañeros y compañeras, que no vienen de comunicación pero que lo militan y eso hace que 11 años después siga estando al aire.
Entre Nosotros y Nosotras, es un espacio construido bajo la premisa que la comunicación será con perspectiva de género o no será. Porque tenemos que deconstruirnos desde el lenguaje, desde lo discursivo y comunicacional.
Desde los flyers que armamos para el Día de la Madre, por ejemplo, para que no caigan en la típica madre maternando y feliz porque eso es romantizar la maternidad cuando también tiene muchas cosas que no son tan color de rosa. Los hijos cuando son deseados y buscados son lo mejor del mundo, pero también deconstruirnos en eso desde las notas, las fotos, somos muchas las que estamos aportando para la construcción de ese ATE tan necesario.
Como decía Héctor Quagliaro, creo que estamos abriendo un cauce para que lo transiten miles de compañeros y compañeras que aún no conocemos. Y en ese andar, con aciertos y errores, somos muchas las que pones el alma, el cuerpo, el corazón y la cabeza para lograrlo. Y eso no puede quedar en un segundo plano. Hay que mostrar que ATE es diverso, que trabaja en función de las diversidades y también lo hacemos desde lo comunicacional. Es fundamental que el género esté presente todo el tiempo.
A pesar del progreso y la incorporación de nuevas temáticas la agenda de los estatales se mantiene bajos los ejes históricos de salario, condiciones de trabajo, y pase a planta. ¿Eso expresa que la política general y la sociedad no logran superar los problemas estructurales del Estado?
Esto demuestra que el Estado sigue siendo prisionero de las políticas que le asignan un rol meramente subsidiario de la actividad privada de los grandes grupos económicos. Más allá de los gobiernos progresistas de los últimos años respecto a la redistribución del ingreso, los dueños de la torta siguen siendo los mismos. La riqueza está cada vez concentrada en menos manos y el Estado sigue sin tener la decisión crítica de distribuir y sembrar la semilla de la justicia social, imponiendo una reforma impositiva, por ejemplo. Hoy la ley de bancos sigue siendo la de los 70, incluso los estatutos y la mayoría de los convenios colectivos de trabajo que rigen en las administraciones públicas del orden nacional, provincial y municipal, están desde los ’70.
Partiendo de esa base, el rol de las y los trabajadores no está en la toma de decisiones, ni estamos donde se discute la producción nacional. Estamos garantizando derechos pero no tenemos fuerza para discutir y debatir. Eso nos lleva a que haya una mayoría cada vez más pobre. Por eso estos ejes históricos de reclamos sean los que nos invitan a luchar, a pelear y organizarnos.
¿Cómo condicionó la pandemia la comunicación de ATE?
La pandemia nos sirvió paradójicamente para potenciar y para fijar muchas propuestas que nos planteamos en la campaña para el 7 de agosto del año pasado. Nos permitió concretar en corto plazo un programa de acción desde esta Secretaría. Fue todo un desafío para educarnos que somos parte y a educar a nuestra dirigencia, nuestros delegados y delegadas, a nuestros afiliados, a entender que las telecomunicaciones como herramientas que nos sirven las discutir, para organizarnos.
En ese marco tuvimos que asesorarnos y aprender con las nuevas formas que permite la virtualidad y tratar de verle la cara positiva al permitirnos juntarnos sin la necesidad de viajar. Creo que ese desafío lo venimos llevando muy bien, nos potenció, nos fortaleció y fijó esas propuestas que teníamos.
En términos estrictamente de comunicación no lo veo como un condicionante negativo. Si bien la comunicación cara a cara es lo mejor, la pandemia nos posibilitó trabajar con el formato de documentos de Google y recabar mucha información que no había para poder establecer cuál es la realidad que atraviesan nuestras afiliadas y afiliados, así como los trabajadores estatales en general. Tuvimos los reflejos necesarios para actualizarnos, para tener nuestras redes sociales todo el tiempo activas para estar en contacto, todo esto de habilitar un celular para que tanto los afiliados como los delegados se comuniquen en el acto con la conducción para resolver inconvenientes. Más allá de las dificultades nos sirvió para fortalecer la comunicación y hacerla más fluidas. Vamos a seguir en ese camino, no hay que cerrar los teléfonos ni las redes, no hay que cerrarse al diálogo porque es lo que nuestros compañeros y compañeras en el territorio nos dicen, y eso dicta nuestra política y nos permite trazar estrategias de comunicación. El espacio está abierto para que se desarrolle de manera colectiva.