El estudio contó con la participación de personal de 14 de las 15 Facultades y de dependencias del Área Central. La representación del sindicato denunció que las autoridades universitarias actuaron “de forma muy desorganizada” ante la pandemia, “sin considerar las particularidades de cada trabajador y trabajadora para el teletrabajo”.
La iniciativa fue lanzada el 16 de abril por el cuerpo de delegadas y delegados de ATE de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), junto a un amplio grupo de activistas del sindicato. Según comentaron algunos de los integrantes de dicho colectivo, la acción constó en realizar un relevamiento de las condiciones laborales y de vida de quienes trabajan en las distintas dependencias de la UNC, tras el inicio del período de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio -dispuesto por el Gobierno Nacional hace ya más de 40 días-, tras la “forma muy desorganizada en que la UNC fue tomando medidas”, tendientes a cumplir con dichas disposiciones sanitarias.
El relevamiento, según consigna el informe que puede leerse en pdf aquí, arrojó dos grandes grupos de problemáticas: por un lado aquellas de quienes continuaron prestando servicio en las dependencias de la Universidad; y, por otro, la de aquellas trabajadoras y trabajadores que debieron permanecer en sus domicilios, tras el cierre de la mayor parte de las dependencias universitarias y que, debieron continuar -desde un primer momento o tras algunos días o semanas-, con sus actividades de manera remota.
El primer grupo, el de quienes continuaron prestando servicios en las instalaciones de la UNC, corresponde a quienes, “producto de las actividades que desarrollan incluidas en la nomina de “esenciales”, como pueden ser Hemoderivados, los Hospitales Universitarios, el mantenimiento de redes informáticas mediante las cuales alumnos y docentes pueden continuar con actividades académicas programadas, entre tantas otras, debieron continuar concurriendo a sus lugares de trabajo”, detalló Isidoro Díaz, delegado nodocente de ATE y trabajador de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física. Dentro de este grupo, el relevamiento arrojó que “allí faltan implementos, medidas de seguridad e higiene y protocolos en cuanto a cómo actuar en el caso de que aparezca algún caso positivo de COVID-19”, informó el representante.
Por otro lado, en cuanto a aquellas trabajadoras y trabajadores que debieron realizar el aislamiento conforme a las resoluciones sanitarias nacionales, el estudio arrojó otro conjunto de problemáticas, vinculadas a lo que se denomina “teletrabajo”: “esta modalidad no está negociada de manera colectiva en ninguna paritaria, con lo cual podría abrir camino a la precarización laboral”, advirtió el dirigente. “Hay sectores importantes donde se han hecho más patente situaciones indeseadas con respecto a esta modalidad laboral, sobre todo a partir de una extensión mayor de la jornada laboral”, explicó Díaz.
En este punto, sin embargo, «la precarización laboral previa a partir de contratos, están sufriendo en mayor medida las consecuencias negativas del aislamiento», alertó María José Calderón, de la Facultad de Ciencias Sociales.
Calderon advirtió, además, que «para quienes están en esta situación de teletrabajo, hemos detectado que las condiciones son bastante disímiles: desde compañeros y compañeras sin computadora para uso personal exclusivo, lo cual trae el problema de tener que «negociar» los usos dentro del grupo familiar, donde otros/as integrantes también la necesitan para sus actividades, entre otras situaciones», explicó y alertó acerca del «incremento en el costo de los servicios al tener que permanecer en su casa, con los artefactos conectados y demás costos fijos que comienza a tener que asumir el cuerpo nodocente».
Organizarse y reclamar
“Si bien esta es una herramienta que pretendemos sirva para la discusión entre las compañeras y compañeros nodocentes, para la organización de quienes trabajamos en la UNC, también surgieron de este relevamiento algunas líneas de demandas que se elevarán mediante nota a las autoridades pertinentes”, expresó Miguel Palomeque, trabajador del Laboratorio de Hemoderivados, y otro de los impulsores de la acción. Entre las demandas, pueden encontrarse “la necesidad de establecer todas las condiciones de bioseguridad e higiene, con la entrega en cantidad y calidad de Equipos de Protección Personal (EPP); obras de infraestructura que permitan que se sigan las recomendaciones de distanciamiento social e higiene en general”, comentó el Palomeque quien además agregó que “para fiscalizar el cumplimiento de las mismas, quienes respondieron el relevamiento propusieron la creación de “Comisiones de Seguridad e Higiene, elegidas por los propios trabajadores y trabajadoras, que posean protección sindical y que sean, junto a los delegados, responsables de verificar que se cumplan las condiciones y protocolos que quienes trabajen consideren deban cumplirse, en medio de esta emergencia sanitaria”, detalló el trabajador de Hemoderivados. Además, quienes respondieron el relevamiento, reclamaron un plus salarial por el pedido de riesgo sanitario para aquel personal que preste algún servicio considerado esencial. Por otro lado, se suman “el pedido a que la UNC se haga responsable del otorgamiento de equipamiento para el teletrabajo; un plus salarial para cubrir costos de servicios; y la necesidad imperiosa de una negociación colectiva vinculada al teletrabajo para regular estas situaciones”, expresó Ezequiel Ambrogio, delegado de FAMAF y otro de los integrantes de la iniciativa. Ambrogio anticipó que “lo hemos aceptado como emergencia, pero advertimos que cuando vuelvan las condiciones normales, bregaremos por la vuelta a los lugares de trabajo, no por continuar en los domicilios”.
Díaz advirtió, también, «las falencias por parte de las autoridades y del gremio oficial -la Gremial San Martín- en cuanto a generar un espacio de discusión de cómo se trabajaría mediante la virtualidad». En ese sentido, Díaz hizo hincapié en la necesidad de que “en las paritarias en los diferentes niveles (rectorado, facultades, institutos, etc) haya representación de ATE elevando los planteos discutidos por los trabajadores de base para que no sean los mismos de siempre -que no han resuelto históricamente prácticamente nada- quienes tengan a cargo exclusivamente la resolución de los conflictos y que, una vez más ante este contexto, han dejado desprotegidos y desprotegidas a las trabajadoras y trabajadores -como surge del relevamiento-“.
Como conclusión, Díaz hizo especial énfasis en que el insumo de la encuesta debe servir “como una herramienta de deliberación colectiva de los trabajadores y trabajadoras nodocentes universitarios, a usarse tanto en reuniones, Asambleas o espacios de discusión que podamos llevar adelante: allí puliremos diagnósticos, organizaremos los reclamos, planificaremos las salidas y, eventualmente, definiremos medidas de acción para exigir con fuerza que se implementen soluciones, dada la gravedad de la situación por la que atravesamos”.
PDF con el informe completo, siguiendo este enlace.