El lunes 22 de marzo se llevó a cabo en la sede de ATE Córdoba una charla debate con el propósito de rescatar la memoria de la lucha y definir las consecuencias devenidas de la última dictadura militar que afectan a los trabajadores en la actualidad. La convocatoria fue realizada por Consejo Directivo Provincial Córdoba de ATE y por la Juventud de ATE Córdoba.
Por Martín Stivel – Juventud ATE Córdoba
Bajo la consigna “A 34 años del último golpe – Consecuencias y desafíos para el movimiento obrero argentino” se conformó un panel de disertantes integrado por Oscar “Cacho” Mengarelli (Secretario Adjunto ATE Córdoba y Secretario General CTA Córdoba), Roberto “Pecho” Bardach (Secretario General CTA Córdoba Capital) y Taurino Atensio (Lista Blanca de Luz y Fuerza).
(23-03-2010) La disertación dio inicio con las palabras del compañero Taurino Atensio remarcando que el objetivo del golpe fue silenciar la voz de los trabajadores y destruir sus organizaciones, haciendo énfasis en la crueldad y ensañamiento infligidos, con los fines de impedir un desarrollo autónomo e independiente de las políticas de los organismos de crédito internacionales y compañías monopólicas remontándose ese proceso al período colonial.
Estableció una sinopsis comparativa entre la lucha de aquel entonces con la situación actual haciendo hincapié en el rol de las organizaciones sindicales que de haber sido convocantes, organizativas y combativas devinieron en una burocracia funcional a los grupos de poder, “salvo honrosas excepciones”, cuyos cuadros se transformaron en patronales apropiándose de los medios de producción, y dijo: “esa dirigencia gremial no solo que no se opuso sino que potenció la enajenación”.
Otro hito de comparación fue la situación de los trabajadores. “En aquel entonces no queríamos hacer horas extras porque nuestro salario tenia el suficiente poder adquisitivo “, anecdotizó y agregó que al resto el tiempo se lo aprovechaba para la distensión y la militancia. En oposición a ello, hoy los trabajadores piden horas extras simplemente porque el sueldo no alcanza. Se refirió al actual estado de desocupación y precarización del trabajo como la fuente de donde surge la marginación etendiéndose como tal a “la peor violencia que se puede aplicar sobre una persona, tirarla para la orilla, como quien tira algo a la basura”.
Abordó el fenómeno del Peronismo como determinante de aquel contexto en donde los dirigentes sindicales estaban alineados con ese movimiento aunque existía aún “la capacidad de movilizar para la protesta y reclamo de los trabajadores”.
Luego de hacer mención de Agustín Tosco como defensor activo del patrimonio nacional y de los recursos naturales, llamó a la reflexión para organizar el campo popular a pesar de las diferencias que puedan surgir de los distintos actores que lo conforman y “generar conciencia para la liberación”. Concluyó diciendo: “Sí, se puede superar las diferencias y prepararnos todos los días ya que el sistema se prepara para salirnos en contra y castigarnos selectivamente para aplacar el reclamo popular.”
Continuó Cacho Mengarelli refiriéndose al golpe de 1976 como corolario de las disputas de los trabajadores con los sectores dominantes por el control de los medios de producción. Contextualizó esa coyuntura con acontecimientos internaciones atribuyendo a la guerra de Vietnam y a la Revolución Cubana como la derrota del imperialismo norteamericano que generaba la esperanza y el entusiasmo de que “la liberación era una posibilidad al alcance de la mano, como si estuviera a la vuelta de la esquina”. No obstante, se producían diferencias, sobre todo en las organizaciones gremiales como la CGT Vandorista y la CGT de los Argentinos siendo esta última la que contaba con “un programa revolucionario que planteaba continuidad del peronismo y la intervención del estado para concebir la educación y salud gratuitas, el trabajo, el desarrollo, la vivienda, el derecho a las vacaciones y el aguinaldo. Era achicar la diferencia de la pobreza”.
Denominó a ese período como el de las “democracias condicionadas” que carecían de fuerza y legitimidad dada la proscripción del Peronismo donde sus militantes no se identificaban con el poder civil condicionado y planteaban la lucha desde la clandestinidad que dieron lugar a la insurgencia popular como el Cordobazo. Una de esas organizaciones de base que luchaban en la clandestinidad fue ANUSATE.
En cuanto a la situación actual del campo popular en la actualidad y en relación a la CTA afirmó que “tenemos diferencias que sabemos tolerar, no pensamos todos igual, pero tambien tenemos en la CTA ese caudal que la hace grande. La autonomía no es neutralidad. algunos creemos que la construcción está en la Constituyente Social. Otros no la ven, pero no nos ponemos palos en la rueda”.
En relación a los Derechos Humanos adhirió a la política del actual gobierno en encarcelar a los represores y agregó: “Debemos refugiarnos en la memoria, pero hay que terminar con el genocidio del hambre que mata veinticinco chicos por día, con el sometimiento y la manipulación de trabajos indecentes y en negro.”
Dio término a su exposición haciendo un análisis del delgado de la dictadura que devino en una clase dominante fuerte, un cuadro social degradado con catorce millones de pobres y una fragmentación cultural que nos impide construir la unidad del campo popular. Citó a Evita: “solo el amor construye” y que si no hay amor le hacemos un favor a la dominación.
Finalmente Pecho Bardach tomó como eje de su disertación sus propias vivencias como testimonio de lo ocurrido desde el Cordobazo hasta el golpe del 76. Clasificó a ese período como el del Estado Bienestar y recordó que se movilizaban miles de personas: “el obrero tenía plata y podía mandar a su hijo a estudiar. Antes éramos miles laburando en las fábricas. Hoy no superan pocas centenas. De toda la masa de trabajadores solo el 12% está afiliado.”
Recordó la complicidad de un sector de la sociedad civil sobre el cual no se inició proceso alguno pero que fueron actores intelectuales del despojo de la clase trabajadora, del genocidio y la entrega de los compañeros luchadores, de personajes como Menem y Martinez de Hoz.
En cuanto a la CTA, afirmó que se formó debido a la crisis de representatividad de los partidos políticos y de la burocracia sindical y de cómo se articularon para perjuicio de los trabajadores con la Ley de Flexibilización laboral en la época de Menem.
Culminó con una cita de Fidel Castro, de quien se manifestó ferviente admirador: “Ahora no podemos lograrlo por las armas, hay que ganar cerebros. Aquí es donde hay que trabajar.”
Terminadas las disertaciones, se abrió el debate con la participación de los concurrentes entre los cuales se encontraba la compañera Irina Satiesteban, actual Secretaria General de los Judiciales en Córdoba, que resaltó la complicidad del poder judicial en el proceso y que son los mismos magistrados los que ejercen funciones en la actualidad cuya ideología ultra conservadora se basa en criminalizar la protesta y a los sectores populares.
En la concurrencia hubo personalidades de renombre del ámbito sindical cordobés como así también militantes de partidos políticos, centro de jubilados, organizaciones sociales, compañeras y compañeros trabajadores de distintos sindicatos.
Por último, se arribó a la conclusión, puesta en manifiesto por unanimidad, que las diferencias de opinión política e ideológica no sean impedimentos para conformar la unidad del campo popular, instándose a que se propicien los espacios de debate y discusión política donde zanjemos nuestras discrepancias evitando que retrotraingan en dogmatismos y posiciones definitivas e irreversibles.