En la UDAI1, ATE realizó una protesta junto a otras organizaciones sindicales para rechazar los despidos en el organismo y reclamar su reincorporación.
La protesta se llevó a cabo esta mañana en las escalinatas de la delegación ubicada frente a la Plaza San Martín. En la ocasión las autoridades tenían planeado hacer un acto para presentar las reformas internas del local, que estuvo en obras durante enero y se reinauguró hoy. Pero resolvieron suspender la actividad enteradas de la medida de fuerza.
La Anses sufre un goteo permanente de despidos al igual que otros organismo del Estado nacional. En diciembre no le renovaron el contrato a 35 trabajadores. No contentos con ellos en febrero despidieron a 85 trabajadores de planta permanente con más de 10 año de antigüedad, violando el principio de estabilidad laboral del empleados público consagrado en la Constitución Nacional, que se expresa en el artículo 14BIS y los convenios de la OIT referidos al empelo en el Estado. En Córdoba son dos los despedidos esta semana.
“Son las políticas neoliberales de toda la vida que este gobierno está aplicando con el rigor de siempre aunque por medio de un relato que renueva la forma de llamarlos. Como dicen los compañeros de INTI, en Anses no sobra nadie. Al revés, tienen que nombrar más gente porque estamos desbordados de trabajo”, detalló Eugenia Palacio, trabajadora del sector y prosecretaria Administrativa del Consejo Directivo provincial.
Estuvieron presentes para solidarizarse compañeros de INTI, Fadea, no docentes de la UNC y Senasa junto a compañeros de la conducción provincial como el secretario Gremial, Diego Guerra. Además, acercaron su apoyo trabajadores de la fábrica Plascar, ex presos políticos y jubilados nacionales.
Por otro lado, las obras realizadas dentro de la sede tienen por objetivo readecuar el espacio a los criterios de multifunción que las autoridades del organismo vienen aplicando por medio de un programa que inició la gestión anterior, de manera que los trabajadores estén en condiciones de realizar toda la gama de tareas que requieran los beneficiarios, dejando de lado la especialización que gozaban anteriormente para la atención del público.
“El nuevo sistema incluye un control por minuto de la atención de cada beneficiarios, sometiendo a los trabajadores a un ritmo de trabajo que genera stress permanente, que se suma por supuesto al miedo que pretenden imponer entre los compañeros a causa de los despidos. Así nadie se queja, es la forma de controlarnos”, dijo el delegado de ATE Mariano Pezzi.