En el marco de los debate que auspició ayer el Consejo Directivo Provincial sobre la reforma del Estado, por la tarde se llevó adelante una charla abierta con dirigentes sindical de sindicatos combativos, en la perspectiva de analizar la coyuntura de campo popular, para avanzar en la defensa y recuperación d e la soberanía nacional.
En la oportunidad, participaron Miguel Ferreyra, del sindicato de aceiteros de Tancacha, Luis Ortega, secretario General de seccional Córdoba de la Asociación del Personal Aeronáutico (APLA), Silvia Alcoba, secretaria General de la Fenat-CTAA, y Federico Giuliani, secretario General de ATE Córdoba y la CTAA provincia de Córdoba.
En primer término, Ferreyra destacó que “los aceiteros hace 20 años que venimos repitiendo sobre el Salario Mínimo, Vital y Móvil, tal como lo establece la Constitución, porque es parte fundamental del trabajo que hacemos como dirigentes para cumplir con los derechos que marcan la Constitución”.
“Creemos que es fundamental que las y los trabajadores tengamos salarios dignos, lo que nos permite poder participar en otros ámbitos. Hoy el salario aceitero básico inicial de la categoría más baja, sin ningún adicional, es de 1600000 pesos. Esa es la base para poder pensar una sociedad más justa, más libre y soberana. Y lo logramos a partir de la lucha porque las empresas de la actividad hace 100 años que están en el país pero recién en 2013 lo empezaron a pagar, a raíz de una largo conflicto que supimos llevar adelante. Y lo digo no para jactarnos de ese salario sino porque se nos estigmatiza con que negociamos con empresas multinacionales que exportan y que pueden pagar ese salario. Pero la realidad es que trabajamos muchos años ahí cobrando salarios de miseria”, dijo el aceitero.
Y agregó: “la experiencia nos enseñó que solo la huelga da resultado. En 2015 estuvimos 25 días de paro, en 2020 fueron 20 días corridos de huelga y pasamos navidad frente a la fábrica. Con este gobierno fue una semana de huelga. Hay muchas empresas que pueden pagar esos sueldos, no solo las más grandes donde trabajamos nosotros”.
El dirigente afirmó que “frente a estos gobiernos que nos vienen a sacar derechos nos preparamos durante muchos años, haciendo hincapié en la formación de delegados/as pero los dirigentes también estamos en los lugares de trabajo. Aceiteros no es un gremio burocratizado, seguimos yendo a la fábrica y sabemos cómo están las y los compañeros. Esto nos sirve cuando vamos al paro. En Tancacha estuvimos más de 40 años sin delegados y sin hacer una huelga. No sabíamos lo que era una asamblea. Por eso valoramos la invitación de Federico de reunir gremios estatales y privados”.
“Ya sabemos que la CGT no va a convocar el paro general así que pensamos que pensamos que la discusión es por abajo, por las bases, y con dirigentes que no tengan miedo. Por eso para nosotros es un honor estar compartiendo esta mesa con compañeros que se la juegan día a día”, concluyó Ferreyra.
A su turno, Ortega, trabajador de la empresa Intercargo, dijo que “es fundamental enfrentar a este gobierno como corresponde. Basta de las adhesiones. Está muy bien en estado de alerta pero debemos defender los puestos de trabajo a como dé lugar. Si el dirigente duda, las bases deben terminar con esas dudas. Estamos en un conflicto desde que arrancó este gobierno, estamos permanentemente en situaciones nuevas. Venimos de una reunión con la Policía Aeroportuaria (PSA), que nos pone condiciones a nuestra representación. Por supuesto que vamos a estar donde debemos estar. Que es en cada lugar donde haya un trabajador en conflicto”.
Seguidamente, Silvia Alcoba resaltó el rol de la CTAA en la crisis actual. “Que importancia tiene nuestra Central que abraza a los trabajadores no registrados, monotributistas, a todo el conjunto de las y los trabajadores”.
“Hoy la realidad nos lleva a esa consigna fundamental de la central ‘la fábrica está en el barrio’. Porque cuando la central salió a buscar a las y los desocupados de los ’90, la mayoría estaban en el barrio. Hoy nos vuelve a pasar lo mismo y en el área social, ya sea en merenderos, comedores, huertas comunitarias, cooperativas de trabajo, nos influye mucho más esta situación. Quien se queda sin trabajo llega a pedir una ayuda porque no sabe cómo hacer: como gestionar una ayuda para la alimentación, para pagar la luz. Es la gente que tenemos que salir a contener. Con todos los que estamos acá nos vimos en las marchas, en la calle. Y eso hace la diferencia cuando nos abrazamos en un lugar de contención como es el barrio. Nuestras compañeras no son reconocidas como trabajadoras pero debemos saber que para preparar una vianda para 200 personas son 7 horas de trabajo. A esas compañeras las llaman vagas cuando ganan 78 mil pesos. En este mundo de la precarización del trabajo somos los que en conjunto salimos a pelear, a conseguir un plato de comida”, aseguró la dirigenta.
Y valor{o que “estos espacios son buenos para poder ver las miradas diferentes sobre como impacta la política de Milei. Le vamos a seguir pidiendo paro a la CGT o los dirigentes nacionales de la CTAA? O nos vamos a organizar en asamblea en las barriadas, con los sindicatos combativos, para salir a organizar ese paro. Los que estamos acá debemos decidir que lo hacemos o si vamos a seguir esperando un mandato nacional que no va a aparecer. Lo más importante es organizar cada uno en su sector. De acá puede salir algo mejorado de lo que venimos haciendo”.
Soberanía nacional
Cerró la exposiciones Federico Giuliani, abordando, entre otros puntos, la coyuntura actual al reflexionar que “si pensamos la gobernabilidad de Milei, podemos ver que las y los gobernadores de distintos partidos políticos le dan los votos en el congreso cada vez que se los pidió. Nada dijeron del DNU 70/23 que aun está vigente y es la estructura jurídica fundamental para el desguace del estado y la venta de nuestra patria”.
“También le dieron los votos para la ley de bases que permite la retrógrada reforma laboral, que nos lleva al siglo XIX, para retornarnos a los regímenes de esclavitud que pretende volver la oligarquía recalcitrante en Argentina”.
“La pregunta es cómo llegamos a Milei, que no nació de un repollo”, sentenció el dirigente.
Y ensañó una respuesta al definir que “vivimos en una democracia condicionada y de baja intensidad, que no genera la participación popular. Hasta la Constitución dice que ‘el pueblo no delibera ni gobierno sino a través de sus representantes’. Vayan ustedes a la Unicameral, a los consejos deliberantes de sus ciudades o al Congreso Nacional, cuando se van a dictar leyes u ordenanzas que arruinan nuestro presente y nos dejan sin futuro, militarizan los recintos par evitar el que pueblo le reclame a nuestros representantes que es lo qué van a votar”.
“Frente a este proceso en crisis vemos que el proceso democrático que no garantizó al nuestro pueblo la comida, la vivienda, un trabajo digno, tierra, salud y educación pública de calidad. Ahí aparece un supuesto ajeno a la política, que fue preparado y promocionado en los medios, por el establishment oligárquico de la Argentina, paseándolo también en los foros económicos internacionales. Ellos dejan de lado las diferencias que tienen, los personalismos, para bancar este proceso”.
El desafío de la unidad fue otros de los enfoques tratados por Giuliani, al reclamar que ante el cuadro que presenta el Gobierno de Milei, que definió como “fascista, violento e intolerante”, “nosotros no nos podemos juntar para hacer un comunicado de prensa”.
“Ellos avanzan con Milei destruyendo el Estado tal como lo conocíamos. Con muchas deficiencias, pero que garantizaba políticas públicas para nuestro pueblo. Vienen por las empresas públicas porque dan ganancias en su gran mayoría. Llegamos a esto por la crisis de nuestra política, porque en 40 años no podemos darle de comer a casi 50 millones de argentinos en un país hecho de pan que exporta alimentos para 400 millones de personas”.
“Hay que recalcar los distintos planos en que debemos enfrentar a este gobierno. El 19 de noviembre no solo se perdió un balotaje, se perdió una batalla cultural ante nuestros compañeros que lo votaron masivamente. Debemos recuperar el sentido de comunidad, sabiendo que si nos tocan a uno tocan a todos. Aca no se trata de si sos ocupado o desocupado, si trabajas en blanco o en negro, debemos recuperar el sentido de clase trabajadora. Sino le hacemos el juego a la extrema derecha que nos quiere fragmentados”, afirmó.
Y terminó el concepto alentando: “tenemos que construir la fuerza para dar vuelta la tapa en la calle”.
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