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Hoy al cumplir 99 años de vida la Asociación Trabajadores del Estado puede mirar con la frente en alto y sentirse orgullosa de contar con casi un siglo de coherencia defendiendo y haciendo valer los derechos de las y los estatales de Argentina.
La Personería Gremial Nº 2 acredita esa trayectoria, desde que los pioneros estatales de la Isla De Marchi, donde se asentaba el personal de Vías Navegables, fijaron el rumbo de nuestra organización en base a la autonomía y la libertad que marcó el ideario anarquista de nuestros fundadores.
Somos trabajadoras y trabajadores estatales comprometidos con un proyecto de Nación donde el Estado cumple un rol fundamental y regulador de las relaciones sociales y productivas que garantizan, a través de nuestro trabajo, el ejercicio de los derechos de la población que ordena llevar a cabo a la Constitución Nacional.
Desde la lucha por la dignidad de la clase obrera en la década infame, el reconocimiento del papel del Movimiento Obrero Organizado que nos dio Perón, la resistencia a las dictaduras, el protagonismo en el Cordobazo y el Rosariazo, entre otras puebladas, la creación de Anusate para recuperar el sindicato de las garras de la burocracia cómplice de la dictadura cívico-militar-eclesiástica, el papel fundamental contra los políticas de ajuste que la democracia del ’83 nos legó, la institucionalización del Convenio Colectivo y la libertad sindical a comienzos del siglo XXI, el rol clave de las relaciones internacionales para incorporar los tratados de la OIT a la legislación nacional, la resistencia al macrismo, la lucha permanente por la estabilidad laboral y la defensa del salario, ATE siempre estuvo presente desde la trinchera del movimiento nacional como parte fundamental de las Organizaciones Libres del Pueblo.
A punto de cumplir 100 años, como una pirueta cruel de la historia, nos encontramos retrocediendo ante viejos debates que creíamos superados, en esta reinstalación de la republiqueta oligárquica que pretende instaurar nuevamente el gobierno neofascista que encabeza Javier Milei.
Un siglo de conquista en materia laboral, con marchas y contramarchas, están en riesgo debido al gobierno de Javier Milei, que basa su discurso en incendiar y destruir nuestros derechos, apelando a mentiras evidentes como sentenciar que Argentina era una potencia mundial en momentos que no existían esos derechos, como la garantía de la libre agremiación, la estabilidad del empleo pública, el aguinaldo y las vacaciones pagas, la tutela sindical, etc.
ATE hace de la defensa de esos derechos el fundamento de nuestra acción sindical, no solo mediante el conflicto y la negociación, sino también por medio de la educación y capacitación de cuadros sindicales que realiza desde 1971 Escuela de Formación Sindical “Libertario Ferrari”. Cuando en 1984 la Agrupación ANUSATE asume la conducción de nuestra Organización Sindical, establece como una de sus prioridades la formación de nuestras y nuestros afiliados, activistas, delegados y dirigentes. La Escuela sale a recorrer los caminos y las rutas del país al encuentro de las y los compañeros que irían sumándose a la construcción del sueño de una ATE para todas y todos. Este espacio formativo sirvió para el fortalecimiento de nuestras estructuras que, sin saberlo, estaban a punto de enfrentarse a uno de los momentos más difíciles de los trabajadores del Estado: el asalto del neoliberalismo del poder del Estado nacional y de las provincias. La Escuela, entonces, ayudó mucho a la construcción de nuestra Central de Trabajadores de la Argentina.
Hoy como ayer, ATE pelea con todos los instrumentos disponibles en la defensa de un sistema de valores que distinguieron por desarrollo y justicia social a nuestro país en la región y el mundo. Esos valores que el gobierno de Milei, pero también muchas jurisdicciones provinciales y gobiernos municipales pretenden tapar con el mantra del individualismo, la segregación social, el hambre y la miseria generalizada.
Por eso, vale rescatar en este contexto las palabras del compañero Álvarez, cuyo nombre de pila no tenemos pero que tienen una vigencia impactante, en la asamblea fundacional de ATE, que se realizó en el Teatro Verdi, de La Boca, como un legado que marca el camino del futuro que seguiremos construyendo, juntas y junto: “Nos tratan de forma despectiva llamándonos servidores públicos, mientras otros se hacen los importantes llamándose funcionarios del Estado. Camaradas, no siento nada de eso, soy un trabajador. Ni servidor ni funcional de nadie. Por eso propongo que el nombre de esta nueva entidad (gremial) sea Asociación Trabajadores del Estado”.
Felices 99 años para las y los estatales de nuestra ATE.