Las y los trabajadores de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores, del Ministerio de Salud de la Nación, realizaron hoy una protesta frente a la sede del organismo, 9 de julio 356, en reclamo del arreglo inmediato del edificio que se haya en condiciones lamentables, inhabitable e inutilizable, según describen las y los delegados del sector.
Esta situación ha llevado a que a pesar de que terminó el aislamiento de la pandemia, las y los trabajadores continúan realizando trabajo remoto y no pueden retomar la presencialidad.
“Hay que destacar que la condiciones del edificio es absolutamente inadecuada e inhabitable. Necesitamos volver a la presencialidad como se acordó desde la secretaría de Empleo Público, pero no podemos por las condiciones edilicias. Así, terminamos poniendo nuestros equipos personales para el trabajo virtual, que llegó a un límite en términos de sostener desde casa las políticas públicas”, dijo la delegada Carolina Florentín.
Rol del Estado
Mientras se realizaba un ‘ruidazo’ en el lugar, alrededor de las 10 horas, el delegado Ricardo Hernández explicó la importancia del organismo y por eso la urgencia de poner en marcha los arreglos que lo vuelvan utilizable para trabajar.
“Trabajamos en salud pública, en el área de control vectorial. Es decir, combatimos la enfermedad de Chagas y control de mosquitos de dengue, zica y chikungunya . Queremos volver a nuestro lugar de trabajo, este edificio histórico que ese cerró en pandemia y no se pudo volver a abrir por el Estado calamitoso en que se encuentra. Recuperar el edificio es recuperar la dignidad de los trabajadores en cuanto a nuestras condiciones de trabajo”, apuntó Hernández.
“Como trabajadores estatales pensamos que uno de nuestros roles es fortalecer el Estado para ponerlo al servicio del pueblo”, agregó.
Territorio
En la oportunidad, las y los trabajadores pusieron sobre la mesa la grave situación que atraviesan los equipos que realizan trabajo de campo, llamado terreno, cuando aplican las fumigaciones. El delegado de ATE Matías Pereyra dijo que “hay falta de insumos, no tenemos máscaras, guantes, borceguís, hace mucho que no se entrega ropa de trabajo. Hay elementos que tenemos que conseguirlos nosotros mismos como filtros de las máscaras para las fumigaciones”.
Salarios y precarización
En ese marco, las y los delegados plantearon que las condiciones contractuales y los bajos salarios dan un contexto lamentable a la penosa situación edilicia.
“Queremos salarios dignos, dijo Hernández, porque los haberes no alcanzan y reclamamos pase a planta permanente. El Estado patrón incumple las leyes y la Constitución, cada 31 de diciembre no sabemos si nos van a renovar el contrato o no”.
Mientras que Florentín completó señalando que “si a los compañeros de Terreno no les alcanza el sueldo para sobrevivir, menos para pagar los filtros de las máscaras. El edifico es un cementerio, cinco pisos derruidos que expresan tristemente el lugar que tiene la salud pública en nuestro país y en nuestra delegación puntualmente”.