Ante la elección que renueva la conducción de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA), el secretario General de la Central en Córdoba Federico Giuliani hizo un balance de los actuado y valoró la incorporación de organizaciones sindicales y territoriales que le dieron cuerpo durante los últimos cuatro años y abre expectativas de cara a la nueva etapa que abre.
Para Giuliani la elección del 11 de agosto viene a ratificar “una línea de trabajo y militancia que asumimos en 2018, cuando nos tocó ganar la central a nivel provincial. Ahora el desafío es mayor porque nuestra CTA ha crecido en cantidad de afiliados, pasando de 20 mil a 33 mil. También crecemos en distritos constituidos, ya que en esta elección se suman Bell Ville, Traslasierra y Cruz del Eje”.
El dirigente explico que “entendemos que lo sucedido los últimos cuatro años difícilmente sea un contexto que vuelva a sucederse. Nos tocaron dos años de macrismo, al inicio de la gestión, donde tuvimos que sacar a la calle a la CTA apenas asumimos, con lo poco y mucho que había. Después siguieron dos años de pandemia, con todo lo que significó en cuanto a reinventar nuestra herramienta gremial. Si bien entendemos que el contexto actual de la provincia y de Argentina no es bueno en términos políticos y económicos, en nada se compara con las políticas neoliberales del macrismo y claramente los dos años de pandemia”.
-¿Cómo fue la política de la Central para sumar sindicatos del ámbito privado?
Federico Giuliani: Para nosotros siempre fue un desafío crecer en el ámbito privado, nunca sabíamos bien dónde, cómo y cuándo. La pandemia profundizó la brecha salarial, laboral y social. En los sectores privados donde hubo muchos despidos y pasaron a cobrar la mitad de su sueldo,fueron las organizaciones privadas las que se pusieron al frente de esa lucha , ante el abandono, la desidia y la entrega de gremios de la CGT.
Fue así que en la pademia se incorporó el Sindicato Joven CIS, el Sindicato de Operarios de Máquinas Pesadas de la República Argentina (SOMPRA), fortalecimos la Unión de Choferes de la República Argentina (UCRA), volvió a nuestra casa AMMAR que es uno de los gremios fundantes de la CTA en Córdoba, se incorporó el Sindicato de Trabajadores de la Vía Pública, sumamos el APECAF de las trabajadoras domésticas, el Sindicato de Fleteros, volvió Sipetaco de los peones de taxi, un gremio combativo que marca la agenda en Córdoba Capital, volvió CEPETEL, volvió Cispren a la conducción provincial, se incorporó SITRADIC de la construcción.
Es decir, un buen conglomerado de gremios privados y destacamos que si bien en el ámbito público siempre es difícil organizar y construir frente al Estado patrón, en el privado es mucho más difícil y complejo, porque a todo esto hay que sumarle las patronales privadas que explotan y despiden al que lucha con la connivencia de los gremios burócratas que señalan con el dedo a aquellos que luchan. Hablamos de un conjunto de gremios que aportan aproximadamente unas 2500 fichas de afiliación nuevas, que nos da volumen en la perspectiva de crecer cuantitativamente.
–¿El resto del crecimiento del padrón se explica por el papel de las organizaciones territoriales?
F.G.: Si, la FENAT (Federación Nacional Territorial) se suma de manera masiva y constructiva en el territorio y aporta aproximadamente 10 mil afiliaciones en todo Córdoba. Se funda en 2018 en la Universidad Nacional de Río Cuarto, cuando un conjunto de compañeros que venimos de la experiencia territorial de nueve provincias fundamos esta organización para mantener estos laburos sociales, territoriales, solidarios de la CTA. Logramos juntarnos con otros espacios en esta federación, que hoy ya contiene a 21 provincias y en Córdoba fue el motor más dinámico de la CTA, sobre todo a partir de la pandemia cuando muchas organizaciones sociales bajaron la persiana. En Córdoba capital en 2020 no teníamos prácticamente organización y hoy hay 46 comedores populares, merenderos o espacios de contención comunitaria.
Así se replica en toda la provincia y es la organización que más afiliaciones metió pero también la que más creció cualitativamente en la cantidad de cuadros que se lograron incorporar a las distintas comisiones directivas de la provincia. Por ejemplo, la candidata a Adjunta provincial es Silvia Alcoba, que es su máxima exponente provincial. Pero también está Mónica Rodriguez, que es la referente de FENAT en el norte de Córdoba, que va a ser la secretaria Ejecutiva General de Cruz del Eje, está Thelma Gómez como Adjunta de la Regional Villa María. Hubo un crecimiento cuantitativo y cualitativo, porque ahora las compañeras van a estar en los lugares de la definición de la política de la Central.
Ellas constituyeron la primera línea de combate en la pandemia, bien lo sabemos en ATE cuando defendimos la salud pública, los hospitales, con todo lo que eso significa frente al abandono de Schiaretti y sus políticas de ajuste para el sector. Nuestras compañeras constituyeron una trinchera en las barriadas donde las mujeres sobre todo paraban la olla y no fueron exentas en aquellos momentos sin vacunas de sufrir el Covid. Tuvimos compañeras muertas o enfermas, ante la desaparición de organizaciones que no aparecieron más, dejando lugar para construir organización territorial. También los propios funcionarios de Estado se ausentaron del territorio, sean nacionales, provinciales y municipales, permitiendo que las organizaciones autónomas y autogestionadas se fueran incorporando a la FENAT y permitiendo tener un crecimiento en cantidad de afiliados pero en calidad de cuadros barriales que se sumaron a la organización.
–La presencia de mujeres es importante por la característica de las organizaciones territoriales pero también por el giro interno de la CTA, donde el feminismo militante se gana un espacio en la nueva etapa que se abre.
F.G.: Por un lado, con la constitución de la FENAT logramos volver a nuestras fuentes de la CTA. Durante muchos años, después de la ruptura del 2010 hasta 2016-2017, habíamos perdido de vista la organización del territorio, algo contradictorio porque la afiliación directa de la CTA le da lugar a la organización que estaban en la esquina en los barrios, ya que las fábricas dejaron de ser referencia para pasar a ser las barriadas populares. Lamentablemente no había una política territorial unificada nacional, pero con la FENAT se logró recuperar territorio en los lugares de disputa, no solo hablamos de un plan social o una bolsa de comida. Hablamos del territorio como espacio de disputa de sentido, dando la batalla cultural, política e ideológica contra el enemigo.
Es el enemigo quien pone a las fuerzas represivas para que los pibes no puedan llegar al centro con el Código de Convivencia o pone a merced la droga como salida fácil a los problemas cotidianos que tienen nuestros pibes, como la falta de vivienda, de tierra, de servicios básicos como las cloacas, el asfalto, la luz, el agua. En ese contexto recuperamos el barrio como espacio de disputa.
A esto se suma el papel del feminismo que atraviesa transversalmente las organizaciones, en este tiempo de desigualdad que corre. La FENAT está conformada casi en su totalidad por mujeres, son las que mantienen los merenderos, las que paran las ollas, las que fueron al frente en las movilizaciones, las que nos muestran que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Entendemos que recuperar el territorio para la CTA es clave.
Unidad de acción para ganar las calles
–¿Cómo fue la estrategia de darse la unidad en la acción con el bloque piquetero en Córdoba?
F.G.: Creo que fuimos pioneros en la unidad estratégica en la acción con Unidad Piquetera, ocupados y desocupados movilizándonos tras una misma agenda para marcarle a los gobiernos nacional, provincial y municipal que si no solucionan los problemas de los de abajo los que están arriba –la casta, la superestructura- la van a pasar mal.
Hoy en día ser ocupado, tener trabajo, no te da la garantía de no ser pobre. De hecho la mayoría de las y los trabajadores trabaja y sigue siendo pobre. Hoy tenemos que cobrar 119 mil pesos para no caer debajo de la línea de la pobreza, lejos están los sectores privados asalariados de cobrar eso, muy lejos están la mayoría de los sectores públicos en los tres niveles del Estado de cobrar esos salarios. La fuerza laboral en Argentina es pobre, y también está precarizada, en negro, situación utilizada como herramienta de disciplinamiento que tiene el modelo capitalista.
Plegamos la agenda de los trabajadores ocupados y desocupados porque nuestros compañeros también viven en las barriadas, nuestra salida –que solo el pueblo salvará al pueblo como decía Raymundo Ongaro– tiene que ver con esto, no puede haber una salida de los asalariados solamente por fuera de la realidad de los trabajadores desocupados porque vivimos y militamos el mismo territorio, viviendo los mismo problemas con nuestros vecinos y vecinas en el cotidiano. Nos parece importante la unificación de pliego para que el asalariado tenga paritarias libres y democráticas de verdad y se generen aumentos salariales por encima de esos 119 mil pesos, y para los trabajadores desocupados planteamos el salario básico universal, un piso de dignidad que alcance el salario mínimo vital y móvil que son 45 mil pesos, el borde de la línea de la pobreza.
Esto se da en el marco de la estrategia para terminar con el hambre. Quienes representamos a los trabajadores sabemos que tenemos compañeros y compañeras con hambre. En un país hecho de trigo y de carne terminar con el hambre no es menor, y no es menor pedir trabajo genuino para los que no tienen trabajo. En eso articulamos con el bloque piquetero en la unidad estratégica en la acción.
Fuimos convocados a ser parte de la Marcha Federal Piquetera, por mayo cuando pasó por Córdoba. Después nosotros los convocamos a la jornada de lucha del 24 de mayo en nuestra provincia, y nos interpelamos en ese acto cuando dijimos ‘el que se banque la unidad hasta que duela que venga a la construcción de un plenario de organizaciones libres del pueblo para avanzar en un plan de lucha en Córdoba’. Y fue así durante tres jueves donde participaron organizaciones ambientales que vienen luchando contra el agronegocio de Schiaretti, que fumiga pueblos enteros para garantizar que la soja siga siendo la producción de mayor valía para la oligarquía terrateniente; sumamos la pelea social, piquetera y gremial. Y fue así que logramos construir un hecho histórico el 16 de junio, en una jornada de lucha con paro provincial de ATE y la CTA en conjunto con el movimiento piquetero donde nos movilizamos hasta la Legislatura y planteamos esta agenda unificada. Ahora estamos viendo que a nivel nacional también es la que se está extendiendo porque ante el ajuste brutal y agresivo que lleva adelante el poder político y económico en Argentina, que no solo tiene que ver con quien gobierna sino con el poder real de los formadores de precios, de los que esconden los alimentos, si no lo enfrentamos con una fuerza unificada del pueblo desocupado difícilmente podamos resistir el embate de estas políticas de ajsute y dar vuelta la tortilla.
–Frente a la propuesta de un bono general que difunde el gobieno cuál es la mirada que tiene la CTA. Trascendió que un sector de la CGT salió a rechazarlo.
F.G.: Ante la propuesta de un bono, nosotros claramente no la vamos a rechazar pero entendemos que es un paliativo, un parche a la dura realidad que vive el pueblo, y entendemos que no debe ser por única vez sino incorporado al salario fijo, como un piso. Pero yo creo que hay que discutir dos cosas: no podemos discutir porcentajes sino una cifra de dignidad para no ser pobres. Porque vos podes ganar 30 mil pesos y obtener una paritaria del 100% pero eso implica que vas a seguir siendo pobre. Hay que elevar la discusión a los 119 mil pesos de hoy, mañana va a ser más.
Pero por otro lado, no tiene sentido discutir aumentos salariales si no paramos la inflación. Con una inflación de julio de 7.8 todos los aumentos se terminan yendo por la inflación. En definitiva, el bono no sirve como parche pero como suma fija es positivo, para el asalariado y el desocupado.
Respecto a la postura de esa CGT, tiene que ver con una dirigencia anquilosada y burócrata que no entiende la realidad de la gente. Fijense que en todos estos años de macrismo y de pandemia no hicieron una sola medida de fuerza, recién ahora convocan para el 17 de agosto a pelear contra la inflación, como si fuera algo abstracto. Hoy en definitiva hay que marchar contra los grupos económicos que forman precios pero también contra un gobierno que no hace nada, que tiene una pasividad absoluta, no sabemos si por ineptitud o connivencia, frente a unos precios que no dejan de crecer. Entendemos que es la calle donde se va a poner en la agenda de los poderosos los problemas de la gente de a pie.
Por eso esta elección de la CTA tiene que ser un hecho político, no tiene que quedarse en un acto administrativo, una jornada movilizada de las y los compañeros convocados a votar, para que la próxima conducción lleve adelante el norte que plasmó la CTA autónoma de la Provincia de Córdoba durante el macrismo y la pandemia, con mucha militancia y mucho recorrido en la provincia. Armamos una Central con nueve distritos, cuando antes tenía cinco, donde se incorporan organizaciones territoriales y privadas, poniendo militancia y dirigentes nuevos, con un cambio de generacional que se ve en muchos compañeros y compañeras jóvenes. Es el tiempo que viene. En una provincia que tiene una grave crisis de representatividad sindical, social y partidaria, hemos logrado instalar a la CTA en Córdoba Capital y hoy se habla de la CTA Autónoma. En la Argentina hay tres Centrales que tienen legitimidad y la misma legalidad: la CGT, la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma. En Córdoba Capital, con mucho y poco, con virtudes y debilidades, pero con prepotencia de trabajo, la CTA tiene un lugar para los que no tienen voz en Córdoba, ganando espacios de representatividad y posicionamiento político en la Capital y ese es el camino que debemos seguir.
Panorama provincial
–Por último, cuál es tu mirada del panorama provincial, atento que hace 24 años que gobierna el mismo espacio en Córdoba.
F.G.: Cuando hablamos de Cordobesismo, decimos que es la suma del PJ cordobés y la Ucede de los ‘90. Un partido popular, te diría que casi de origen clasista y masivo, le abre las puertas a la fuerza más neoliberal de que tenía Argentina como la Ucede, cuando José Manuel De la Sota convocó a construir a este Frankenstein al nefasto Germán Kammerath,que fue intendente de la ciudad de Córdoba.
El camino iniciado en Córdoba es el ensayo de lo que se quiere hacer a nivel nacional, con esta cuestión republicana quiere aparecer como una aseguradora de la paz social y el desarrollo económico. Pero estos 24 años de cordobesismo tuvo como único propósito hacer una unidad de negocios y en un cuarto de siglo solo se beneficiaron los grupos económicos del G6, con la Fundación Mediterránea como faro ideológico.
En ese marco el gobierno no deja de ser un gerente de turno de las políticas económicas en la provincia. Así salen ganando los agronegocios -con la oligarquía vacuna, sojera y terrateniente-, Roggio, Urquía y Paganni, el megadesarrollo inmobiliario. Cuando se queman miles y miles de hectáreas de monte en las sierras, a los pocos días aparecen las máquinas limpiando para instalar los desarrollos inmobiliarios. Córdoba es la provincia que menos cuida su ambiente y ahora van a meter una autovía en Punilla que no solo genera impacto en el ambiente sino también en la comunidad, en la arqueología. Tiene que ver con ese modelo donde el supuesto progreso y desarrollo golpea la calidad de vida de nuestra gente. Por eso hoy tiene los peores índices de desocupación, de desigualdad social, de precarización y de hambre en la Argentina.
Schiaretti sale a vender la provincia como una gran isla, y uno ve los medios de Buenos Aires donde Llaryora invita a los jóvenes estudiantes a venir a Córdoba, acá está todo mal. El problema es que nunca se logró construir una alternativa seria en el campo popular para que nuestro pueblo se oriente ahí y se abra una perspectiva de cambio. Esa es la realidad, de lo contrario no hubieran podido subsistir tanto tiempo.
Por otro lado, la oposición termina siendo aliada de los negocios cotidianos. La UCR y el PJ son dos cáscaras vacías que se ponen de acuerdo a la hora de hacer negocios, donde después se suma el PRO. Pero los apellidos que giran en torno a los grandes partidos políticos de Córdoba siempre son los mismos desde el advenimiento de la democracia, sean los abuelos, los padres o hijos todo se mueve alrededor de 10 o 15 apellidos. Tiene que ver con esta cuestión hereditaria de poder en Córdoba.
Creo que los resultados están a la vista, con grandes ciudades que tienen dos caras: enclavadas en sitios bendecidos por los recursos naturales, con los centros muy bonitos, con mucha obra pública, pero que cuando caminas 10 cuadras aparece la otra ciudad, la de los olvidados, los que no tienen techo ni servicios básicos, con los pibes que quedaron fuera de la educación en la pandemia y no tenían conectividad. Esa realidad difícil tiene que ver con un modelo de ajuste de Schiaretti, sobre todo en lo estatal.
Esa obra pública superflua, que no es prioritaria, que venden como la política que genera puestos de trabajo, pero en definitiva los hospitales nuevos parecen shoppings pero adentro no tienen aparatología ni recursos humanos. Así no van a poder garantizar políticas públicas si no hay trabajadores. Por eso Córdoba está entre las peores provincias en cuanta a trabajo en negro y precarizado, con sueldos muy mal pagos . El modelo de Schiaretti tiene una política neoliberal y de ajuste, de un peronismo lavado y republicano, aliado a la oligarquía local.
La alternativa es la de los que están luchando en la calle que ponen en perspectiva real los problemas del pueblo trabajador.