En una reunión de Comisión Directiva ampliada, con la presencia de Marta Galante que integra la Secretaria de Organización del Consejo Directivo Nacional, se lanzó el departamento de Genero en Córdoba.
La reunión contó con la presencia del secretariado del Consejo Directivo Provincial, encabezado por María Teresa Romero, los secretarios genereales de Villa María y Río Tercero, Walter Secondino y Cristian Colman, y el secretario Gremial de Rio Cuarto, Adrian Ávalos.
“Fue un buen encuentro donde se designó a la compañera Miriam Martino para que organice el departamento de Género en Córdoba”, dijo Romero al finalizar la reunión.
A nivel nacional, el departamento de Género integra la Secretaría de Organización, a cargo de Silvia León, que saludó la reunión con el anhelo que se establezca como política en Córdoba el combate a la violencia de género. Encargada de llevar la iniciativa a todo el país, Marta Galante relató los principales ejes de espacio, junto con la ayuda de la compañera Lorena.
“En esta nueva gestión en el CDN se relanzó el Departamento de Género. Estamos saliendo a todo el país, discutiendo con los compañeros dirigentes, en esta primera etapa, la necesidad de la conformación de estos departamentos en cada uno de los CDP y las seccionales, porque ponemos en debate como el sistema patriarcal y el capitalismo atraviesan la clase y la modifican, especialmente a las mujeres”, dijo Galante.
¿Cuál es el punto de partida del Departamento de Genero?
Debemos discutir sobre cómo avanzar para eliminar las diferencias y lograr equidad en las condiciones laborales y en derechos. Las mujeres tenemos desigualdades muy profundas en el sistema de trabajo, la precariedad se da en ambos géneros pero especialmente entre las mujeres. Como dirigentes tenemos que verlo y discutirlo con los compañeros de todo el país. En cada lugar deben existir departamentos de género que aborden las problemáticas de compañeros y compañeras en torno del trabajo, la sindicalización.
¿Esto incluye la realidad para dentro de la organización sindical?
Exactamente, porque las mujeres somos mayoría en el padrón nacional de ATE pero al momento de las responsabilidades de conducción no se tienen en cuenta estos porcentajes y entonces sólo nos cabe el cupo femenino del 30%. Obviamente no es el caso de Córdoba pero si en otros lugares del país.
Debe buscarse una igualdad porque las mujeres también ponemos el hombro en la militancia todos los días y trabajamos. En el Estado hay mayor cantidad de filiación femenina pero los cargos jerárquicos son en su mayoría de hombres. También ponemos en discusión el rol que nos tienen asignados como mujeres, de cuidadoras y al hombre de proveedor, para romper ese techo de cristal y poder discutir cualquier cosa con todos.
En Córdoba tuvimos muy buena recepción de parte de los compañeros dirigentes. Creemos que en una primera instancia tienen que estar porque son los que conducen los procesos, tanto en el CDP como en las seccionales. A partir de entender que son los géneros, para hablar de algo más abarcativo. Hay otras opciones de genero como gays o lesbianas que también tenemos que abordar, no sólo con la seriedad y el criterio que siempre hacemos sino que es allí donde se producen mayores inequidades. Descontracturando nuestra mente para avanzar sobre la temática de los géneros, podemos empezar a pelear contra el capitalismo que nos somete y produce tantas inequidades.
¿Dentro del panorama que hacen cuáles son las principales alertas sobre la situación de las mujeres?
Lorena: el tema de la violencia es uno de los ejes que más se está visibilizando, no sólo en el trabajo, sino también a nivel social. Hay alertas de los delegados, los afiliados, el cuerpo directivo, que se preguntan qué poder hacer en el caso que una compañera viva una situación de violencia, cómo manejarlo. Lo más visible es la violencia conyugal, pero también la violencia institucional no sólo de las mujeres sino de toda la clase trabajadora.
Marta: ponemos hincapié que el Departamento de Género debe ser mixto porque el abordaje tiene que ser en conjunto. Todo depende de la voluntad, tenemos mucha experiencia respecto a lo que significa el trabajo y cómo nos organizamos. Creo que Córdoba siempre dio muestras de tener una definición y decisión de hacer lo que corresponde. Lo demostró con la tenacidad con que resiste la discriminación del gobierno provincial, creciendo en afiliaciones a pesar de esta situación.
Además, en cuanto a la participación femenina en la conducción se excede el cupo y es algo importante, que habla de la condición de los dirigentes que hay en esta provincia.
¿Qué evaluación hacen de las políticas de Estado al respecto?
En el congreso nacional se aprobó hace cuatro años una ley Sobre Violencia de Género, completa e integral en cuanto al abordaje de la problemática. Pero no tiene presupuesto, que lo tiene que dar el ejecutivo, porque no está reglamentada. Tenemos la herramienta pero no la disposición para hacerla efectiva.
Eso pinta de cuerpo entero lo que es el Estado hoy: la preocupación es a medias y faltan estadísticas oficiales. Una ONG, la Casa del Encuentro, es la que emite las alertas que cada 31 horas hay una mujer muerta por violencia de género. Así llegó a 286 asesinadas el año pasado.
No hay una definición concreta del Estado para erradicar la situación. Si la hubiera implementaría la ley que hoy es sólo letra vacía.