Solo basta oír a la la Dra Mirtha Iriondo, actual presidenta de FADEA, para comprender la idiosincrasia de quien, ocupando el mayor cargo jerárquico de la Fábrica Argentina de Aviones -Sociedad que tiene al Estado Argentino como único socio-, incorpora a CEOS y directivos de empresas privadas -con ánimo de lucro e historial en el desguace de la aviación pública- y niega la reincorporación de personal jerárquico con años de trayectoria en la pública FADEA. Porque aunque la Dra. parezca ignorarlo, la soberanía no se administra como las multinacionales. La soberanía popular no puede mirarse a través de los resultados de una planilla de cálculo. La soberanía popular se conquista con valor, encabezando la lucha por la construcción de una Patria. Y es allí donde se definen las alianzas que la Dra. Iriondo parece empecinada en ratificar: con Fly Bondy, Fiat, Roggio antes que con el Pueblo trabajador y los despedidos por el macrismo.
El proyecto soberano en FADEA, que tiene sus bases en su creación en 1927 y su mayor esplendor en el proyecto Cóndor, fue desmantelado bajo la órbita del Consenso de Washington y eso la Dra. no puede ignorarlo. Arrasar con los desarrollos soberanos en la producción y en el mundo científico nacional e instalar una lógica mercadotécnica en la administración de las políticas destinadas a tal fin, costó mucha lucha, demasiadas vidas de nuestro Pueblo como para ignorarlo. Y el principal triunfo fue ese cambio de paradigma: de la concepción integral de una Patria Libre, Justa y Soberana con el control de sus espacios estratégicos por parte de los trabajadores y trabajadoras de todo el Pueblo, a la conducción de esos espacios por parte de los grupos financieros y el Mercado, con su lógica. FADEA, como el INTI, el Balseiro, la Comisión Nacional de Energía Atómica, las Universidades, el CONICET, Fabricaciones Militares, etc, no pueden estar al servicio del mercado, sino que deben estarlo de un Proyecto de Liberación Nacional y Social.
Con total soberbia, comportándose más como una gerenta macrista que como una representante de un proyecto nacional, popular y latinoamericano -como más de una vez le gustó que la llamaran-, enunció en un programa de radio ayer a la tarde: “Voy a mirar la lista de los despedidos, todos esos perfiles, para ver si alguno es necesario para la fábrica. Hoy no son necesarios”. ¡Menuda forma de justificar los despidos y el ajuste macrista en FADEA! Acto seguido, enunció que “esto es una sociedad anónima” y que los “salarios hay que pagarlos con la producción” y que “la aviación tiene una crisis mucho mayor”, nombrando luego ejemplos de empresas de esa rama que suspenden y despiden trabajadores. Lo que ya no se esfuerza por esconder la funcionaria es que es empleada del mercado aeronáutico, no funcionaria política de un pueblo en lucha por su liberación.
Para nosotros y nosotras, luchadoras populares y trabajadores/as técnicos/as, especialistas, profesionales -de toda calificación aunque trabajadores/as al fin-, el Estado -y FADEA como parte imprescindible del mismo- es una herramienta de organización y liberación de los pueblos, no una simple planilla de Excel.
Le recomendamos a Iriondo que abandone el escritorio y las planillas de cálculo -como si fuera empleada de alguna multinacional o administradora del macrismo- y se abrace al movimiento obrero en lucha por la soberanía y la liberación, a las organizaciones populares, a las cientos de pymes dispuestas a construir un desarrollo soberano. Porque esta es una lucha y se define por correlaciones de fuerza donde no alcanzan las declamaciones de funcionarias/os, sino que debe construirse con la unidad de los sectores populares en lucha por la liberación. Aquí se ve cómo, quienes tienen el poder real siguen dictando las políticas, hablando en boca de funcionarios -como en este caso en FADEA-. Y estos funcionarios/as deberán elegir: o terminan de subyugarse a las corporaciones o se enfrenta como Pueblo a ellas.